Mons. Olivera agradeció a quienes trabajaron por la beatificación

Mons. Olivera agradeció a quienes trabajaron por la beatificación




Cruz del Eje (Córdoba) (AICA): El obispo de Cruz del Eje, monseñor Santiago Olivera, envió una carta a la diócesis para agradecer a las distintas áreas de la vida diocesana que trabajaron para llevar a cabo la ceremonia de beatificación del venerable José Gabriel del Rosario Brochero. Agradeció a la Providencia la llegada de tantos fieles, religiosos y sacerdotes que se acercaron a trabajar por la glorificación del Cura Brochero y resaltó el servicio de tantos fieles, religiosos y sacerdotes.

El obispo de Cruz del Eje, monseñor Santiago Olivera, envió una carta a la diócesis para agradecer a las distintas áreas de la vida diocesana que trabajaron para llevar a cabo la ceremonia de beatificación del venerable José Gabriel del Rosario Brochero.

Sin distinguir tareas ni los momentos en que asumieron el compromiso, monseñor Olivera agradeció a la Providencia la llegada de tantos fieles, religiosos y sacerdotes que se acercaron a trabajar por la glorificación del Cura Brochero.


“¡Cuánto para agradecer! Sabemos que Dios no se deja ganar en generosidad. Sabemos que cada uno hemos sido ‘agraciados’ porque por él fuimos llamados: cada uno a la hora que el Señor quiso: a la mañana, a media tarde o a la noche. Pero todos gozosos porque hemos entendido que la gracia ha sido que fuimos mirados y llamados por Jesús para colaborar más estrechamente en la fiesta”.


El obispo, que es coactor en la causa de canonización, reseñó cómo vivió la celebración del sábado 14 de septiembre: “No puedo dejar de pensar de cuántos deseaban estar el día que el Señor nos regaló….qué privilegio hemos tenido… El cielo y la tierra se unieron ese día en oración concreta, liturgia verdaderamente celestial…. Y cuánto silencio hizo el pueblo de Dios, porque llegaron peregrinos a la casa…de su padre Brochero, llegaron amigos, llegó la familia. Así lo hemos vivido. Somos una gran familia, la Iglesia: ¡que regalazo, Dios mío!”.


“El Beato Juan Pablo II, nos dijo al comienzo del milenio, que la santidad es una urgencia pastoral, así lo vivo –aseguró-. Cuánto bien nos hace la santidad. Hemos sido parte de una acción pastoral muy grande y muy fecunda. Todos tenemos necesidad de santos y de serlo también….la gente vino en multitud tras un hombre santo….qué mensaje….qué enseñanza de nuestro pueblo….y esto espera y desea….esto debemos ser cada uno para Gloria de Dios”.


“Los que estuvimos cerca del proceso para la beatificación, (milagro) hemos constatado que en cada paso Brochero estaba...de verdad. En la búsqueda de algún documento o testigo, en el viaje a Roma para hablar en la Congregación….en cada momento hasta que se cerró el proceso en Córdoba y lo llevamos al Vaticano…esto mismo hemos experimentado en este año y medio…aparecían las donaciones….como el pan que se ha multiplicado...y sobraron muchas canastas….aparecían dones, talentos…..y amigos nuevos! Así fue que aparecieron las personas justas en el momento justo, las donaciones de talentos y bienes en el momento justo y oportuno…”, reseñó.


Monseñor Olivera también señaló que sobreviene cierta oscuridad en la alegría que dejó la beatificación del Cura Gaucho. “Terminó este trabajo compartido –dijo-. Pero nos quedan enseñanzas…y brocherianas, porque siempre con Jesús y entre todos podemos mucho, y entre muchos hacemos todo, es lo que hemos vivido y anunciado.


Agradecimientos. El obispo, sin querer olvidarse de nadie, señaló el trabajo de cada sector, de las catequesis brocherianas, los sacerdotes más cercanos, los colegios y sus directivos, a los que intervinieron en la liturgia y los momentos de la celebración; a las religiosas, a las monjasy al coro; a las comunidades y servidores; a las autoridades civiles, a las fuerzas de seguridad; a los sacerdotes jesuitas a los más cercanos a la causa de canonización. También agradeció a los medios de comunicación y no olvidó mencionar a los monasterios de vida contemplativa.


“Gracias de corazón. No olvidamos a nadie. Es tanta la alegría que nos cuesta creerlo. Brochero, nuestro amigo, es beato. Él nos invita a transitar sus senderos….exigentes, por momentos, como la subida a las Altas Cumbres, pero posibles”, concluyó.+


Texto completo de la carta



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