Emotiva carta de monseñor Lozano a las madres en su día



Gualeguaychú (Entre Ríos) (AICA): El obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, escribió una emotiva reflexión con motivo del Día de la Madre, en la que destacó el compromiso de las madres que quieren “algo distinto” para sus hijos que deben enfrentar “un mundo agresivo, injusto, que no ofrece oportunidades iguales a todos” y de aquellas que “mamás del corazón que acogen en adopción la vida engendrada y la cubren de ternura”. Lamentó, sin embargo, que “la maternidad no siempre esté rodeada de la dulzura que se merece”, al reconocer que “a veces la vida irrumpe en momentos no buscados”. Puso como ejemplo “a las mamás adolescentes que con gran sacrificio llevan adelante el embarazo, a veces con el rechazo de la familia o en medio de la pobreza” y aseguró que duele cuando “la mamá enferma o muere dejando orfandad y desamparo, o algunas situaciones de abandono que tiran la toalla porque no dan más o no les da el cuero para hacerse cargo”. También llevó una palabra de cercanía a las mamás que “atraviesan el difícil desgarro de la muerte del hijo”. “Rezo por todas las mamás, las abrazo y las bendigo”, concluyó.

“Hoy te celebramos de una manera particular. Ser mamá implica haber estado habitada en tu vientre y tu corazón por el misterio de la vida que se desarrolla. Me conmueve ver la ternura con que las embarazadas se acarician la panza identificando la forma de su bebé. Lo grandioso del intercambio de amor madre-hijo ya se va tejiendo desde esos meses en que la vida gana espacio día tras día. Un regalo de Dios que no será estático, sino que tendrá novedades cotidianas y dimensiones también de rutinas y horarios”, valoró el obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, en su columna semanal dedicada al Día de la Madre.

El prelado trajo a la memoria imágenes de esos primeros días siguientes al parto, en las que ve a las madres “jugando con su mano pequeña en la tuya comparando formas, tamaños, colores. Cuántos sueños pasan en esos momentos por tu corazón y tu mente”.


“Muy pronto te recibiste de traductora e intérprete de miradas, llantos, toses, temperaturas, cuando tus hijos aún no hablaban. Enseñar a caminar, a comer, a prestar, a perdonar, a jugar, a decir la verdad... ¡De cuántas materias sos especialista!”, destacó.


El obispo gualeguaychense afirmó que las madres quieren “algo distinto” para esos niños y adolescentes que deben enfrentar “un mundo agresivo, injusto, que no ofrece oportunidades iguales a todos”.


“Sos mamá siempre. También cuando los hijos hacen su propio camino y forman su familia o toman sus opciones de vida, a veces lejos de casa. Y Dios te vuelve a regalar la vida pequeña en los nietos. Otra vez el misterio de la vida. Hermosa vocación la de las mamás del corazón que acogen en adopción la vida engendrada y la cubren de ternura”, expresó.


Tras lamentar que “la maternidad no siempre está rodeada de la dulzura que se merece”, reconoció que “a veces la vida irrumpe en momentos no buscados”.


“Hago pasar por mi corazón escenas de mamás adolescentes que con gran sacrificio llevan adelante el embarazo, a veces con el rechazo de la familia o en medio de la pobreza. La violencia familiar, el abuso sexual, la falta de orientación o diálogo someten a algunas chicas a una maternidad temprana que marcará un cambio enorme en su historia”, graficó.


Monseñor Lozano sostuvo que “en esos momentos el compromiso por la vida de varias personas y grupos viene a dar una mano” y citó como ejemplos a “los grupos de Grávida, de Cáritas, de organismos municipales o provinciales, de distintos credos, se acercan para apoyar y acompañar, para consolar y dar fuerza, para ayudar a recibir con alegría la vida que viene”.


“Algunas mamás del barrio no se borran, sino que ayudan a preparar la ropita y todo lo necesario”, recordó.


El prelado dijo que “duele también cuando la mamá enferma o muere dejando orfandad y desamparo, o algunas situaciones de abandono que tiran la toalla porque no dan más o no les da el cuero para hacerse cargo. Cómo duele ver tantos chicos abandonados o solos por la calle” y llevó una palabra de cercanía a las mamás que “atraviesan el difícil desgarro de la muerte del hijo. Un abismo profundo e insondable se abre en el corazón.


“Rezo por todas las mamás, las abrazo y las bendigo”, concluyó.+



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