Mons. Aguer dijo que coima y corrupción van de la mano

Mons. Aguer dijo que coima y corrupción van de la mano




La Plata (Buenos Aires) (AICA): En su reflexión televisiva semanal que se emite por América TV en el programa “Claves para un mundo mejor”, el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, se refirió a unas expresiones del papa Francisco sobre un tema de máxima actualidad como son la coima y la corrupción. “Se comienza, quizás, con un sobrecito -dijo el Papa-, pero es como la droga, que se acaba contrayendo la enfermedad del acostumbramiento; recemos para que el Señor cambie el corazón de los devotos de la diosa coima, y por los hijos, niños y muchachos, que reciben de sus padres un pan sucio, un pan que hace perder la dignidad”. El Papa -señaló Mons. Aguer- se refería a que el pan auténtico, genuino, el pan limpio es el que se gana con el trabajo.

En su reflexión televisiva semanal que se emite por América TV en el programa “Claves para un mundo mejor”, el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, se refirió a unas expresiones del papa Francisco sobre la coima y la corrupción.

“Ustedes saben -dijo el prelado platense- que nuestro querido papa Francisco celebra misa diariamente en la capilla de la Casa Santa Marta, en el Vaticano, donde él reside, y en el momento de la homilía hace un breve comentario sobre el Evangelio correspondiente al día”.


“El 8 de noviembre pasado el Evangelio presentaba la parábola del administrador infiel y entonces el Papa tocó un tema de máxima actualidad como es la coima. Monseñor Aguer leyó algunos párrafos de dicha homilía.


“Se comienza, quizás, con un sobrecito, pero es como la droga, que se acaba contrayendo la enfermedad del acostumbramiento a ella”, dijo Francisco, por lo que invitó a rezar “para que el Señor cambie el corazón de los devotos de la diosa coima”, y a rezar “por los hijos, niños y muchachos, que reciben de sus padres un pan sucio, un pan que hace perder la dignidad”. El Papa se refería a que el pan auténtico, genuino, el pan limpio es el que se gana con el trabajo.


Luego, refiriéndose a quiénes serían los protagonistas de este fenómeno tan extendido de la coima, dijo el Papa: “Algunos administradores de empresas y también del gobierno. Es el comportamiento que toma el camino más breve, el camino más cómodo para ganarse la vida”. Pero añadió con esperanza: “quizás no sean tantos”.


Monseñor Aguer explicó que en italiano “coima” se dice “tangente”. Tangente es una línea recta que corta a la curva en un punto. Si ustedes se fijan en el Diccionario de la Academia Española van a encontrar también que “irse por la tangente” significa valerse de un subterfugio para salir hábilmente de un apuro. Ya sabemos que se recurre frecuentemente a la coima para agilizar trámites”.


“A propósito de estas declaraciones del Papa -continuó el arzobispo de La Plata- es interesante comprobar la repercusión en el mundo entero. Hace poco en el Corriere della Sera se publicó que en Italia los corruptos le roban al país sesenta mil millones de euros al año. Se dice que en tiempos de crisis como los actuales el peso de las coimas es tal que se puede razonablemente temer que su impacto social incida sobre el desarrollo económico del país”.


“Sobre el programa de infraestructura estratégica, siempre hablando de Italia, se calcula que las coimas añaden al costo de la obra pública noventa y tres mil millones de euros, lo que equivale a casi seis puntos del producto bruto interno. Y sobre el presupuesto de cada familia, porque el costo de la coima lo pagan todos, en Italia grava unos cinco mil euros al año. El año pasado una encuesta revelaba que 12 italianos sobre 100 habían recibido un pedido de coima”.


“Todo esto que estoy diciendo -aclaró nuevamente el arzobispo- pasa en Italia. ¿Y qué pasa en la Argentina? Yo no tengo datos, pero seguro ustedes conocen a una persona o a varias personas que han recibido algún pedido de coima. Incluso muchos de ustedes habrán ido a hacer algún trámite y allí les ofrecieron “agilizarlo”, “irse por la tangente”.


“¡Es una cosa muy seria esto! Les he mostrado las cifras italianas, pero no sé que pasaría si sacáramos cifras en la Argentina”.


“Este fenómeno cultural que el Papa ha definido como un “fenómeno de corrupción” es algo tremendo, que además del costo económico tiene un costo cultural y ético fenomenal”.


“El Papa Francisco -concluyó monseñor Ague- apuntó muy bien. Recemos, como él nos pide, por la conversión de quienes están atrapados en esta red de corrupción”.+



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