Apertura, solidaridad y misión en estas Pascuas



Lomas de Zamora (Buenos Aires) (AICA): El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, convocó en su mensaje pascual tomar la iniciativa de llevar el Evangelio a una sociedad ¨que se ha olvidado los valores¨ y ha caído ¨en la tragedia de la violencia y la inseguridad¨. Tomando el ejemplo de las mujeres que descubrieron el sepulcro vacío y fueron a anunciarlo a los discípulos, el prelado invitó a la comunidad a volver la mirada sobre los jóvenes y adolescentes, especialmente hacia aquellos que no están en las comunidades cristianas.

El obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, convocó en su mensaje pascual tomar la iniciativa de llevar el Evangelio a una sociedad "que se ha olvidado los valores" y ha caído "en la tragedia de la violencia y la inseguridad".

Al sostener que los fieles de la diócesis viven "entre las sombras de nuestro inseguro y desprotegido conurbano" y la luz pascual del Resucitado, monseñor Lugones analizó la iniciativa de las mujeres que fueron al sepulcro a ver a Jesús y se encontraron allí al ángel que les anunció que el Señor vivía. Las comparó con las muchas madres que combaten la droga y la delincuencia.


"Muchas madres hoy desafían el flagelo de la droga y la delincuencia organizándose, implicándose, tratando de aportar, de juntarse para no seguir viendo a sus hijos consumidos por la droga o deformados por la cárcel", afirmó.


"Cuántas mujeres hoy honran la vida ante situaciones de muerte, que se tornan de un color gris opaco cotidiano, que oscurecen todo horizonte de esperanza, donde conviven con los que miran para el costado, para no ver la realidad y los que la ven y se aprovechan de la indolencia, de los que pudiendo hacer algo no lo hacen… ellas no abandonan la subida al calvario ante sus hijas madres adolescentes, ante la inmadurez de sus hijos que tienen edad para procrear, pero no para hacerse cargo…, ante la desigualdad de oportunidades, que las obliga a resignarse a perder en la plenitud de la vida a sus hijos; retienen con ellas la memoria de vida", observó.


El prelado alentó "a todos los que honran la vida", de modo especial a los que se dedican al cuidado de enfermos, de las embarazadas, de los carcelados, de los discapacitados, de los ancianos y de tantos otros.


Como a las mujeres del sepulcro que el Ángel envió a buscar a los discípulos, así monseñor Lugones invitó a los agentes pastorales y fieles en general a volver la mirada sobre las prioridades pastorales: los adolescentes y jóvenes, y de modo particular, a aquellos que no están en las comunidades y a los que la vida "se les ha hecho demasiado pesada" y transcurren sus días "encerrados en una memoria de muerte.


"El Señor ha resucitado, entonces la 'memoria de muerte' se convierte en 'memoria de vida', de discípulas se convierten ahora en misioneras, con una tarea concreta y un anuncio de esperanza: el amor siempre vence", reflexionó el obispo.


"La experiencia de resucitados nos anima a promover un auténtico deseo de trabajar: Juntos hacia una Iglesia abierta, solidaria y misionera que celebra la vida; este compromiso, muchas veces es un camino cuesta arriba, que tiene cruz, calvario; pero también tiene paso hacia la Pascua, es decir, hacia la vida, tiene camino de resurrección y al final sigue estando el Señor Resucitado: fuente de nuestra alegría. ¡No temamos pedir ser discípulos misioneros de Cristo y su Iglesia!", concluyó.+


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