Mons. Frassia: “Sigamos a Cristo camino, verdad y vida”

Mons. Frassia: “Sigamos a Cristo camino, verdad y vida”




Avellaneda (Buenos Aires) (AICA): El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, comentó el evangelio dominical en su habitual columna radial. Explicó la íntima unión entre Cristo Jesús y el Padre, en el Espíritu Santo, y su presentación como “el Camino, la Verdad y la Vida”. El prelado terminó invitando a los fieles a descubrir la gran verdad de seguir a Jesús y ser sus discípulos.

El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, comentó el evangelio dominical en su habitual columna radial. Explicó la íntima unión entre Cristo Jesús y el Padre, en el Espíritu Santo, y su presentación como “el Camino, la Verdad y la Vida”. El prelado terminó invitando a los fieles a descubrir la gran verdad de seguir a Jesús y ser sus discípulos.

Monseñor Frassia recordó que el Padre es el origen de todo; el Hijo es el Verbo hecho carne enviado por el Padre al seno virginal de María, que crucificado y resucitado asciende al Padre y envía al Espíritu Santo. “Por eso –agregó- quien ve a Cristo ve al Padre, porque Cristo y el Padre son una misma realidad en el Espíritu Santo”.


Luego el obispo reflexionó sobre el camino: “Es el sendero por donde uno tiene que dirigirse y ponerse en movimiento para seguir así los pasos de Jesús, seguir el Evangelio, seguir su doctrina, sus enseñanzas, para llegar a una finalidad. Ese camino no se hace ‘así nomás’, porque no es un camino cualquiera; es un camino que tiene verdad y la verdad es objetiva. De allí la importancia de vivir nosotros en la verdad”.


El prelado afirmó que Cristo viene a hacer la voluntad del Padre, es obediente y obra en la verdad. Seguir el camino, afirmó, es seguir el camino de la Iglesia: “La Iglesia está llamada a continuar la obra de Cristo e indicar los caminos para alcanzar al Padre; pero este camino se tiene que hacer en verdad, en la verdad y no en la subjetividad, en el antojo o en el capricho”.


“Este camino, que se sigue con Verdad, fundamentalmente tiene plenitud de vida –aseguró-. La vida que se posee, la vida que se recibe, que se entrega y se comparte, es lo máximo. Seguir a Jesucristo nos trae plenitud, nos colma de gracia, de alegría, de entusiasmo. No es una vida vacía, sin sentido, sin orientación, sin norte; no es una encrucijada sin salida porque ¡todo tiene explicación porque Jesucristo es el Camino, la Verdad y la Vida!”.


“Si podemos descubrir esta gran verdad y seguirla, seremos unos discípulos poderosos porque, ciertamente, como dice Jesús, ‘las obras que yo hago y aún mayores ¡ustedes las van a hacer!, porque el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo voy al Padre’. Así Cristo nos da la seguridad y es muy importante que -en la Iglesia- seamos personas de fe, de espíritu sobrenatural, que creamos en Jesucristo y que sigamos a Él que es camino verdad y vida”, concluyó.+


Texto completo de la homilía



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