Quilmes recordó con memoria agradecida a monseñor Novak



Quilmes (Buenos Aires) (AICA): Cientos de fieles se congregaron en la catedral de Quilmes para participar de una celebración eucarística en memoria agradecida por el ministerio del primer obispo diocesano, monseñor Jorge Novak, fallecido el 9 de julio de 2001. La misa fue presidida por actual obispo quilmeño, monseñor Carlos José Tissera, quien lo describió como “un misionero de la alegría del Evangelio” para el que la naturaleza de la Iglesia era “salir de sí misma evangelizando”. Asimismo, invitó a la comunidad diocesana a entrar en el camino de la renovación pastoral.

Cientos de fieles se congregaron en la catedral de Quilmes para participar de una celebración eucarística en memoria agradecida por el ministerio del primer obispo diocesano, monseñor Jorge Novak, fallecido el 9 de julio de 2001. La misa fue presidida por actual obispo quilmeño, monseñor Carlos José Tissera, quien lo describió como “un misionero de la alegría del Evangelio” para el que la naturaleza de la Iglesia era “salir de sí misma evangelizando”. Asimismo, invitó a la comunidad diocesana a entrar en el camino de la renovación pastoral.

En su homilía, monseñor Tissera lo recordó como un misionero de la alegría del Evangelio”, preparado desde joven en la Congregación del Verbo Divino para difundir en el mundo “la llama de la fe en Dios que es Padre, amor, misericordia”.


Monseñor Tissera afirmó que su obediencia a Cristo y su Iglesia lo fue haciendo un hombre de servicio, a punto de confiársele en 1976 la diócesis recientemente creada por el papa Pablo VI. “Durante sus veinticinco años de pastor, Quilmes lo conoció como un misionero de la alegría del Evangelio –reseñó el prelado-; con su sobriedad y sencillez, mezcla de su ascendencia alemana y de sus profundas virtudes cristianas, siempre transmitió la paz y la alegría de la comunión con Dios”.


“El padre obispo Jorge fue un incansable misionero –agregó-. Se encarnó en la cultura de la gente para hacer brillar la luz del evangelio. En medio de las tinieblas del miedo y de la mentira, hizo brillar la luz de la verdad y del amor. Lo que hoy el Papa Francisco nos invita, monseñor Novak no sólo lo enseñó, sino que lo vivió intensamente, y se preocupó que todos se formaran con esa convicción. Tenía muy claro que para la Iglesia, ser fiel a su propia naturaleza no es primordialmente custodiar un depósito de doctrina, sino salir de sí misma evangelizando”.


Monseñor Tissera también destacó la tarea pastoral de otros obispos fallecidos que “sufrieron, al modo de los profetas, y hoy brillan en nuestro camino de conversión pastoral de la Iglesia”. Se refirió a monseñor Enrique Angelelli, tercer obispo de La Rioja entre 1968 y 1976, y a monseñor Carlos Horacio Ponce de León, tercer obispo de San Nicolás de los Arroyos entre 1966 y 1977.


Respecto a monseñor Angelelli, expresó: “La semana pasada, el fallo unánime de la justicia demostró que el obispo de los llanos de La Rioja fue asesinado. Mártir de la fe, pastor de los pobres. Con su sangre selló lo que vivió y predicó. Esta Iglesia de Quilmes hoy, recordando a su primer pastor y saluda al pastor de La Rioja, el padre obispo Marcelo Colombo, hijo de esta Iglesia, por su compromiso en pos de la verdad y la justicia; y abrazamos fuertemente al pueblo riojano, a esa Iglesia que monseñor Angelelli amó hasta el extremo”.


Monseñor Tissera se plegó al pedido del obispo riojano, monseñor Marcelo Colombo, que durante una misa en recuerdo de monseñor Angelelli pidió “prolongar la misión de Jesucristo entre los hombres y transitar sin titubeos, por fidelidad al mismo Señor de la historia, la renovación eclesial, el servicio como contenido y método pastoral, la opción preferencial por los pobres y excluidos, la conversión pastoral de nuestras instituciones y la búsqueda entre todos de la voluntad de Dios para su Iglesia.


Recordando a monseñor Carlos Ponce de León, el obispo afirmó: “Su palabra fue clara y valiente en épocas de mentiras y de terror; cuando estar junto a los pobres y sus necesidades, era una amenaza para el sistema imperante y motivo para ser marcado como candidato a ser eliminado. Soy testigo de que las amenazas de muerte eran el pan de cada día. Eso no lo frenaba en su trabajo pastoral, ocupado en las cosas sencillas del pastoreo, como también en la preocupación por tantos que quedaban sin trabajo, de madres que lloraban la muerte o desaparición de sus hijos, igualmente preocupado por sus sacerdotes y seminaristas. Fue un evangelizador alegre y entusiasta. También la Iglesia de San Nicolás de los Arroyos lo recuerda como padre, amigo y pastor”.


“Esta Iglesia de Quilmes, como cada 9 de julio, recuerda al padre obispo Jorge Novak. Hoy queremos renovar el compromiso de caminar por las sendas que él inició aquí, animados por las enseñanzas del Papa Francisco. Son cuatro las motivaciones que nos deben alentar: el amor de Jesús que hemos recibido es la primera motivación pastoral; el gusto espiritual de ser pueblo, estar cerca de la gente; el sentido de misterio, que nos hace reconocer detrás de los aparentes fracasos, la acción misteriosa del Resucitado y de su Espíritu, y la oración de unos por otros. La Virgen Madre de Luján, a quien entrañablemente amaba el padre obispo Jorge, interceda por todos nosotros, para llevar a cabo la conversión pastoral, al modo como él la vivió entre nosotros”, concluyó.+


Texto completo de la homilía



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