diciembre 2014


El papa Francisco presidió en la tarde de Roma las primeras Vísperas de la solemnidad de María Santísima Madre de Dios y la oración del tedeum para agradecer a Dios por el año que culmina. Durante la celebración, el obispo de Roma instó a los fieles a “agradecer y pedir perdón” a Dios.

El Santo Padre subrayó que al terminar el año hoy “alabamos al Señor con el himno del tedeum y al mismo tiempo le pedimos perdón”, y reconoció que hacer memoria a fin de año "es volver a afirmar que existe una ‘última hora’ y que existe ‘la plenitud del tiempo’".


"Al concluir este año, al dar gracias y al pedir perdón, nos hará bien pedir la gracia de poder caminar en libertad para poder reparar los tantos daños hechos y poder defendernos de la nostalgia de la esclavitud, y no ‘añorar’ la esclavitud", dijo el Santo Padre.


“La actitud de agradecer nos dispone a la humildad, a reconocer y a acoger los dones del Señor”, aseguró el pontífice.


Homilía del Santo Padre

La Palabra de Dios nos introduce hoy, de forma especial, en el significado del tiempo, en el comprender que el tiempo no es una realidad extraña a Dios, simplemente por que Él ha querido revelarse y salvarnos en la historia, en el tiempo. El significado del tiempo, la temporalidad, es la atmósfera de la epifanía de Dios, es decir, de la manifestación del misterio de Dios y de su amor concreto. En efecto, el tiempo es el mensajero de Dios, como decía san Pedro Fabro.


La liturgia de hoy nos recuerda la frase del apóstol Juan: «Hijos míos, ha llegado la última hora» (1Jn 2,18), y la de San Pablo, que nos habla de «la plenitud del tiempo» (Ga 4,4). Por lo que el día de hoy nos manifiesta cómo el tiempo que ha sido – por decir así – ‘tocado’ por Cristo, el Hijo de Dios y de María, y ha recibido de Él significados nuevos y sorprendentes: se ha vuelto ‘el tiempo salvífico’, es decir, el tiempo definitivo de salvación y de gracia.


Y todo esto nos invita a pensar en el final del camino de la vida, al final de nuestro camino. Hubo un comienzo y habrá un final, «un tiempo para nacer y un tiempo para morir», (Eclesiastés 3,2).


Con esta verdad, bastante simple y fundamental, así como descuidada y olvidada, la santa madre Iglesia nos enseña a concluir el año y también nuestros días con un examen de conciencia, a través del cual volvemos a recorrer lo que ha ocurrido; damos gracias al Señor por todo el bien que hemos recibido y que hemos podido cumplir y, al mismo tiempo, volvemos a pensar en nuestras faltas y en nuestros pecados: Agradecer y pedir perdón.


Es lo que hacemos también hoy al terminar el año. Alabamos al Señor con el himno del Te Deum y al mismo tiempo le pedimos perdón. La actitud de agradecer nos dispone a la humildad, a reconocer y a acoger los dones del Señor.


El apóstol Pablo resume, en la Lectura de estas Primeras Vísperas, el motivo fundamental de nuestro dar gracias a Dios: Él nos ha hecho hijos suyos, nos ha adoptado como hijos. ¡Este don inmerecido nos llena de una gratitud colmada de estupor!


Alguien podría decir: ‘Pero ¿no somos ya todos hijos suyos, por el hecho mismo de ser hombres?’. Ciertamente, porque Dios es Padre de toda persona que viene al mundo. Pero sin olvidar que somos alejados por Él a causa del pecado original que nos ha separado de nuestro Padre: nuestra relación filial está profundamente herida. Por ello Dios ha enviado a su Hijo a rescatarnos con el precio de su sangre. Y si hay un rescate es porque hay una esclavitud. Nosotros éramos hijos, pero nos volvimos esclavos, siguiendo la voz del Maligno. Nadie nos rescata de aquella esclavitud substancial sino Jesús, que ha asumido nuestra carne de la Virgen María y murió en la cruz para liberarnos, liberarnos de la esclavitud del pecado y devolvernos la condición filial perdida.


La liturgia de hoy recuerda también que «en el principio – antes del tiempo – era la Palabra... y la Palabra se hizo hombre’ y por ello afirma san Ireneo: Éste es el motivo por el cual la Palabra se hizo hombre, y el Hijo de Dios, Hijo del hombre: para que el hombre, entrando en comunión con la Palabra y recibiendo así la filiación divina, se volviera hijo de Dios.


Al mismo tiempo, el don mismo por el que agradecemos es también motivo de examen de conciencia, de revisión de la vida personal y comunitaria, del preguntarnos: ¿cómo es nuestra forma de vivir? ¿Vivimos como hijos o vivimos como esclavos? ¿Vivimos como personas bautizadas en Cristo, ungidas por el Espíritu, rescatadas, libres? O ¿vivimos según la lógica mundana, corrupta, haciendo lo que el diablo nos hace creer que es nuestro interés?


Hay siempre en nuestro camino existencial una tendencia a resistirnos a la liberación; tenemos miedo de la libertad y, paradójicamente, preferimos más o menos inconscientemente la esclavitud.


La libertad nos asusta porque nos pone ante el tiempo y ante nuestra responsabilidad de vivirlo bien. La esclavitud, en cambio, reduce el tiempo a ‘momento’ y así nos sentimos más seguros, es decir, nos hace vivir momentos desligados de su pasado y de nuestro futuro. En otras palabras, la esclavitud nos impide vivir plena y realmente el presente, porque lo vacía del pasado y lo cierra ante el futuro, frente a la eternidad. La esclavitud nos hace creer que no podemos soñar, volar, esperar.


Decía hace algunos días un gran artista italiano que para el Señor fue más fácil quitar a los israelitas de Egipto que a Egipto del corazón de los israelitas. Habían sido liberados ‘materialmente’ de la esclavitud, pero durante el camino en el desierto con varias dificultades y con el hambre, comenzaron entonces a sentir nostalgia de Egipto cuando ‘comían... cebollas y ajo’; pero se olvidaban que comían en la mesa de la esclavitud.


En nuestro corazón se anida la nostalgia de la esclavitud, porque aparentemente nos da más seguridad, más que la libertad, que es muy arriesgada. ¡Cómo nos gusta estar enjaulados por tantos fuegos artificiales, aparentemente muy lindos, pero que en realidad duran sólo pocos instantes! ¡Y Éste es el reino del momento, esto es lo fascinante del momento!


De este examen de conciencia depende también, para nosotros los cristianos, la calidad de nuestro obrar, de nuestro vivir, de nuestra presencia en la ciudad, de nuestro servicio al bien común, de nuestra participación en las instituciones públicas y eclesiales.


Por tal motivo, y siendo Obispo de Roma, quisiera detenerme sobre nuestro vivir en Roma, que representa un gran don, porque significa vivir en la ciudad eterna, significa para un cristiano, sobre todo, formar parte de la Iglesia fundada sobre el testimonio y sobre el martirio de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo. Y por lo tanto, también por ello rendimos gracias al Señor. Pero, al mismo tiempo, representa una responsabilidad. Y Jesús dijo: «Al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más».


Por lo tanto, preguntémonos: en esta ciudad, en esta Comunidad eclesial, ¿somos libres o somos esclavos, somos sal y luz? ¿Somos levadura? O ¿estamos apagados, sosos, hostiles, desalentados, irrelevantes y cansados?


Sin duda, los graves hechos de corrupción, emergidos recientemente, requieren una seria y conciente conversión de los corazones, para un renacer espiritual y moral, así como para un renovado compromiso para construir una ciudad más justa y solidaria, donde los pobres, los débiles y los marginados estén en el centro de nuestras preocupaciones y de nuestras acciones de cada día. ¡Es necesaria una gran y cotidiana actitud de libertad cristiana para tener el coraje de proclamar, en nuestra Ciudad, que hay que defender a los pobres, y no defenderse de los pobres, que hay que servir a los débiles y no servirse de los débiles!


La enseñanza de un simple diácono romano nos puede ayudar. Cuando le pidieron a San Lorenzo que llevara y mostrara los tesoros de la Iglesia, llevó simplemente a algunos pobres. Cuando en una ciudad se cuida, socorre y ayuda a los pobres y a los débiles a promoverse en la sociedad, ellos revelan el tesoro de la Iglesia y un tesoro en la sociedad.


Pero, cuando una sociedad ignora a los pobres, los persigue, los criminaliza, los obliga a ‘mafiarse’, esa sociedad se empobrece hasta la miseria, pierde la libertad y prefiere ‘el ajo y las cebollas’ de la esclavitud, de la esclavitud de su egoísmo, de la esclavitud de su pusilanimidad y esa sociedad deja de ser cristiana.


Queridos hermanos y hermanas, concluir el año es volver a afirmar que existe una ‘última hora’ y que existe ‘la plenitud del tiempo’. Al concluir este año, al dar gracias y al pedir perdón, nos hará bien pedir la gracia de poder caminar en libertad para poder reparar los tantos daños hechos y poder defendernos de la nostalgia de la esclavitud, y no ‘añorar’ la esclavitud.


Que la Virgen Santa, la Santa Madre de Dios, que está en el corazón del templo de Dios – cuando la Palabra – que era en el principio – se hizo uno de nosotros en el tiempo, Ella que ha dado al mundo al Salvador, nos ayude a acogerlo con el corazón abierto, para ser y vivir verdaderamente libres, como hijos de Dios.+

(Traducción de Radio Vaticana)






Corrientes (AICA): “Se ha abierto el capítulo de nuestra historia con una numeración que se interna en el tercer milenio: 2015. Está en blanco. Corre por nuestra cuenta llenar sus páginas de buenas obras o borronearlas sin piedad con nuestros crímenes e injusticias. Dios calificará nuestra personal composición. Se piensa poco en hacer un buen trabajo y, es de temer que muchos, se presentan ante Dios con sus malas e descalificantes historias personales”, propuso el arzobispo emérito de Corrientes, monseñor Domingo Salvador Castagna.

“En pocos días concluye el tiempo de Navidad. Es conveniente apurar la síntesis que Juan construye, con sabiduría, para la Iglesia y para el mundo. Consiste en el reconocimiento sincero de la presencia de Dios entre nosotros, en el Misterio de su Hijo encarnado. Así aprendemos a ver - por la fe - lo invisible y a entender el lenguaje misterioso del Dios que nos ama”, aseguró el arzobispo emérito de Corrientes, monseñor Domingo Salvador Castagna.

En su sugerencia para la homilía del segundo domingo después de Navidad, el prelado reflexionó sobre el evangelio del apóstol San Juan, quien era llamado el evangelista teólogo, porque “formula una apretada síntesis de la Verdad que contempla, ya centenario, designando al Señor Jesús ‘Palabra’ y, de inmediato, reconociendo explícitamente su divinidad: ‘Y la palabra era Dios’”.


El prelado insistió en afirmar que “Se ha abierto el capítulo de nuestra historia con una numeración que se interna en el tercer milenio: 2015. Está en blanco. Corre por nuestra cuenta llenar sus páginas de buenas obras o borronearlas sin piedad con nuestros crímenes e injusticias. Dios calificará nuestra personal composición. Se piensa poco en hacer un buen trabajo y, es de temer que muchos, se presentan ante Dios con sus malas e descalificantes historias personales”.


Texto de la sugerencia


1.- El más joven y más anciano de los Apóstoles. El Apóstol Juan, el más joven, es modelo de fidelidad. Se lo ve vigoroso, emprendedor, muy cercano en la amistad a su Maestro, con un amor noble y fuerte que no tolera la cobardía ni se amedrenta ante el peligro. Acompaña a las santas mujeres, sin los resabios del machismo que domina la cultura de su tiempo. Sobre todo está junto a la Santa Madre de Jesús. Juan no pone límites a su amor al Señor y Maestro. De esa manera lo sigue hasta el extremo de la Cruz. Se convierte en el heredero del principal tesoro de Jesús: la Virgen Madre. El santo tiempo de Navidad está ilustrado por su palabra y su testimonio de teólogo y contemplativo. El texto proclamado por la Iglesia, en su liturgia, posee una densidad que caracteriza al Apóstol. Es el prólogo del Evangelio relatado por él mismo. Debiéramos desmenuzar cada versículo y experimentar la saludable impresión de que todo se ha dicho en el primero de ellos: "Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios". ( Juan 1, 1) Es llamado el evangelista "teólogo" porque, sorteando el análisis, formula una apretada síntesis de la Verdad que contempla, ya centenario, designando al Señor Jesús "Palabra" y, de inmediato, reconociendo explícitamente su divinidad: "y la Palabra era Dios".

2.- El sentido de Dios. Nos encontramos en un vertice histórico de extremo riesgo. Se ha perdido el sentido de Dios. Algunas manifestaciones de la vida moderna constituyen la negación del Dios que está antes, durante y después de nuestra vida terrenal. No tiene explicación racional nuestra existencia descartando a Dios de ella. Todo producto inteligente, reclama, como causa, una Inteligencia creadora y ordenadora. La vida que desborda el Universo no tiene explicación sin esa causa. Nuestra vida inteligente escapa a toda lógica sin Dios. Juan, como sus condiscípulos Apóstoles, intuye la Verdad que ha dejado su invisibilidad para hacerse carnalmente visible en el seno virginal de María. Lo hemos celebrado, una vez más, la pasada noche de Navidad. Me he sorprendido al escuchar un comentario periodístico en el que la Verdad anunciada por Juan aparecía, menos que diluida, en un silencio escalofriante. Es triste ver reemplazar, en el lenguaje inocente de los más pequeños, al Niño Dios, "recostado en un pesebre", por un voluminoso y rozagante Papá Noél. De esa manera se niega, irresponsablemente, el hecho histórico de la auténtica Navidad y su significado.


3.- El valor actual de la ancianidad. El Apóstol Juan, testigo acreditado de la Resurrección, vuelve a recordar al mundo que Dios lo ama, hasta darle a su Unigénito. La Iglesia es heredera de los Apóstoles y hace resonar hoy la Buena Nueva de que es cierto lo que ellos profesaron como Verdad Revelada. La última voz es la del más joven que rubrica su ministerio como el más anciano. Sus escritos poseen la densidad de la sabiduría en su plena manifestación. El Papa Francisco no cesa de remarcar que la Iglesia y la sociedad deben aprovechar el don inapreciable de la ancianidad. La incapacidad de presentar una síntesis, como la formulada por Juan, tiene relación directa con la pretensión perjudicial de empezar de nuevo, como si la historia no tuviera pasado, presente y futuro. Esto ocurre en el ámbito de la política, también de la Iglesia, causando una sucesión de rupturas, que impide el legítimo progreso. Por ello, nos encontramos inexplicablemente varados en el camino. Si siempre estamos comenzando, negando la validez de los aciertos del pasado y no asumiendo los errores y limitaciones del presente, nos hacemos responsables de una desorientación que afecta a toda la sociedad.


4.- 2015 está en blanco. En pocos dias concluye el tiempo de Navidad. Es conveniente apurar la síntesis que Juan construye, con sabiduría, para la Iglesia y para el mundo. Consiste en el reconocimiento sincero de la presencia de Dios entre nosotros, en el Misterio de su Hijo encarnado. Así aprendemos a ver - por la fe - lo invisible y a entender el lenguaje misterioso del Dios que nos ama. Se ha abierto el capítulo de nuestra historia con una numeración que se interna en el tercer milenio: 2015. Está en blanco. Corre por nuestra cuenta llenar sus páginas de buenas obras o borronearlas sin piedad con nuestros crímenes e injusticias. Dios calificará nuestra personal composición. Se piensa poco en hacer un buen trabajo y, es de temer que muchos, se presentan ante Dios con sus malas e descalificantes historias personales.




Mons. Ojea y el mensaje de la paz del Papa: “Nunca más sometidos a nada”




San Isidro (Buenos Aires) (AICA): “La paz se construye cuando abandonamos las esclavitudes. Cuando decimos No a cualquier tipo de sometimiento que me quite la dignidad. Necesito que se me devuelva la dignidad, entonces sí, empiezo a construir la paz. Puedo trabajar por la paz, si estoy sometido es imposible. Siempre habrá violencia si hay sometimiento. El hombre no soporta estar sometido, siempre se va a revelar contra cualquier forma de explotación y sometimiento”, aseguró el obispo de San Isidro, monseñor Ojea, al reflexionar sobre el mensaje del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz, que lleva por lema “Nunca más esclavos, sino hermanos”.

El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, afirmó que con el lema “Nunca más esclavos, sino hermanos”, que el papa Francisco eligió para la Jornada Mundial de la Paz del 1° de enero de 2015, el pontífice “quiere decir nunca más sometidos a nada. Hombres libres y hombres dignos. Este trabajo por la dignidad del hombre que los hace iguales delante de Dios y al mismo tiempo nos da espacios para poder manifestar nuestras diferencias”.

“Esta libertad necesaria para todo hombre, se hace concreta cuando el hombre deja de tener esclavitudes y servidumbres. Y son tantas nuestras esclavitudes. Muchas las tenemos sin darnos cuenta. Las más fáciles son aquellas que decimos ‘bueno no podemos dejar esto’. Tienen que ver con nuestras evasiones, tienen que ver con nuestros vicios. Tienen que ver con cosas que no podemos dejar y que nos cuestan dejar, y que al mismo tiempo nos autodestruyen y nos perjudican”, precisó.


El prelado estimó, sin embargo, que “también hay otras esclavitudes más profundas, que tienen que ver con sometimientos interiores. Como nosotros estamos viendo en muchísimos lugares del mundo lo que significa la trata de personas por ejemplo”.


“Es una esclavitud terrible y es uno de los negocios más importantes del mundo en el que vivimos. El negocio de la prostitución, el negocio hecho a través de chicas o travestis pobres gente sin recursos, a quienes se las engaña diciéndoles ‘vamos acá, vamos allá’. Todo esto es una gran esclavitud”, agregó.


“La paz se construye cuando abandonamos las esclavitudes. Cuando decimos No a cualquier tipo de sometimiento que me quite la dignidad. Necesito que se me devuelva la dignidad, entonces sí, empiezo a construir la paz. Puedo trabajar por la paz, si estoy sometido es imposible. Siempre habrá violencia si hay sometimiento. El hombre no soporta estar sometido, siempre se va a revelar contra cualquier forma de explotación y sometimiento”.


Por último, monseñor Ojea le pidió al “Príncipe de la Paz en este primero de enero, Jornada Mundial de la Paz, con este lema que nos ha propuesto el Santo Padre, poder trabajar juntos como mensajeros de la paz, para poder construirla juntos”.+




Mons. Martorell pide imitar el modelo de familia cristiana




Puerto Iguazú (Misiones) (AICA): El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, comentó el evangelio dominical de la fiesta de la Sagrada Familia. El prelado observó que el Verbo de Dios quiso etner una familia humana, lo que demuestra ¨la cercanía tan terrena y humana del Hijo de Dios¨, y consideró que los cristianos tienen un modelo en la familia de Nazaret, caracterizada por la supremacía de Dios en todos los órdenes.

El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, comentó el evangelio dominical de la fiesta de la Sagrada Familia. El prelado observó que el Verbo de Dios quiso etner una familia humana, lo que demuestra "la cercanía tan terrena y humana del Hijo de Dios", y consideró que los cristianos tienen un modelo en la familia de Nazaret, caracterizada por la supremacía de Dios en todos los órdenes.

El obispo explicó que el Verbo de Dios, haciéndose carne, quiso tener una familia humana, una patria, una ciudad donde nacer y crecer y sobre todo el amor y el cuidado de una madre y de un padre, como todos los hombres. También explicó que la fiesta de la Sagrada Familia lleva a contemplar los gestos y las actitudes de la Sagrada Familia que cada familia puede imitar para "divinizar" los gestos humanos.


Luego, monseñor Martorell explicó que la presentación del Niño Dios en el templo no era solamente la formalidad externa del cumplimiento de una ley, sino una renovación de la entrega mutua frente al Señor. Además, advirtió que los esposos, María y José, sabían que el Niño no les pertenecía, por lo que aceptan con este gesto los los designios de Dios en la misión del Hijo sobre la tierra.


"Fijémonos que, por amor a Dios y por la gracia otorgada en su providencia, estos esposos aceptarán los designios de Dios y las realidades de las que no estaban exentos los demás esposos de Israel", destacó el prelado. "Esa es la conciencia de ser de Dios y para Dios, que no les quitó la alegría y la responsabilidad de criar a su hijo, y así debería ser en todas las familias cristianas", sugirió.


"Nosotros, los hijos de la Iglesia, tenemos como modelo de familia cristiana a la Familia de Nazaret. Ante todo por la supremacía de Dios en todos los órdenes… Dios está siempre presente en todo lugar y todo está subordinado a su Divina Voluntad", aseguró el obispo.


Monseñor Martorell consideró que una familia inspirada en estos principios procede en el orden de la naturaleza. "El amor a Dios y a su Voluntad lleva a los hijos a honrar a sus padres y a éstos a amarse y respetarse mutuamente, haciendo del amor un valor que impregna todas las experiencias, amando a sus hijos y educándoles para Dios y para el bien común. El amor de Dios une a la familia a pesar de la diversidad de sus miembros", concluyó.+




Mons. Colombo da pautas para leer el mensaje del Papa para la Jornada de la Paz




La Rioja (AICA): El obispo de La Rioja, monseñor Marcelo Colombo, recordó que “en el comienzo de cada año la Iglesia invita a reflexionar y rezar por la paz en una Jornada Mundial junto a todos los hombres de buena voluntad”. “Este año el Santo Padre nos propone la fraternidad como una dimensión esencial de la vida de los hombres, querida por Dios Padre Creador, conquistada por la sangre de Cristo, nuestro Hermano. La esclavitud, en cambio, denigra nuestra dignidad, reduciendo a las personas a ser mercancías. De allí el título ‘No esclavos, sino hermanos’”, explicó.

Mons. Colombo da pautas para leer el mensaje del Papa para la Jornada Mundial de la Paz

El obispo de La Rioja, monseñor Marcelo Colombo, recordó que “en el comienzo de cada año la Iglesia invita a reflexionar y rezar por la paz en una Jornada Mundial junto a todos los hombres de buena voluntad”. “Este año el Santo Padre nos propone la fraternidad como una dimensión esencial de la vida de los hombres, querida por Dios Padre Creador, conquistada por la sangre de Cristo, nuestro Hermano. La esclavitud, en cambio, denigra nuestra dignidad, reduciendo a las personas a ser mercancías. De allí el título ‘No esclavos, sino hermanos’”, explicó.

El obispo de La Rioja, monseñor Marcelo Colombo, recordó que “en el comienzo de cada año la Iglesia invita a reflexionar y rezar por la paz en una Jornada Mundial junto a todos los hombres de buena voluntad”.


“Este año el Santo Padre nos propone la fraternidad como una dimensión esencial de la vida de los hombres, querida por Dios Padre Creador, conquistada por la sangre de Cristo, nuestro Hermano. La esclavitud, en cambio, denigra nuestra dignidad, reduciendo a las personas a ser mercancías. De allí el título ‘No esclavos, sino hermanos’”, explicó.


El prelado invitó a la comunidad diocesana a leer el mensaje del papa Francisco, quien, subrayó, “nos propone afrontar y superar con coraje y decisión los nuevos rostros de la esclavitud”.


Y enumeró: “la precariedad laboral, el trabajo infantil, la difícil situación de los emigrantes, abusados en muchos casos por su peculiar situación, la trata de personas con fines de explotación sexual, la falta de libertad de la mujer en la elección del estado de vida y la persona del cónyuge, el tráfico y comercialización de adultos y niños para la extracción de órganos, para su reclutamiento como soldados, para la mendicidad, para la producción o venta de drogas, o formas encubiertas de adopción internacional, los secuestrados y encerrados en cautividad por grupos terroristas, puestos a su servicio como combatientes o, sobre todo las niñas y mujeres, como esclavas sexuales o vendidos varias veces, torturados, mutilados o asesinados”.


Monseñor Colombo precisó que “el número 3 del mensaje papal aborda estos tópicos, reclama nuestra lectura atenta y una enérgica actuación de los cristianos” y consideró que “las palabras del Santo Padre nos comprometen personal y comunitariamente a fin de enfrentar este terrible flagelo que nos lleva a desconocer en el otro al hermano que Dios nos ha dado, condenando a verdaderas muchedumbres a vivir en situaciones de inhumana explotación”.


“Luego de destacar el trabajo valiente y laborioso de concientización y solidaridad activa frente a este drama, de numerosos cristianos en forma personal o como miembros de asociaciones o institutos de vida consagrada, urge a los Estados, a los organismos intergubernamentales, a los empresarios y a los organismos de la sociedad civil, a tomar su propio lugar de lucha para erradicar la esclavitud en todas las formas descriptas. Vencer cualquier forma de complicidad, pasividad o negligencia es la consigna para estos señalados destinatarios del mensaje”, indicó.


El obispo riojano estimó que “nos queda a todos la urgencia de globalizar la fraternidad, haciendo extensivos a todos los pueblos y culturas el mensaje del respeto por la dignidad del otro como hermano, y desterrar para siempre cualquier forma de esclavitud o indiferencia en esta materia. El “esto no lo vas a cambiar nunca, siempre fue así” no puede ser parte de nuestra respuesta. Antes bien, debemos dejar de lado este conformismo que nos hace cómplices y permite que se alargue en el tiempo cuanto se opone al plan de Dios, un plan de amor que nos dignifica haciéndonos hijos suyos y hermanos de todos”.


“El Tinkunaco que año a año celebramos convencidos de nuestra fraternidad humana más allá de toda diferencia circunstancial, compromete nuestras mejores energías al servicio del Reino, presente entre nosotros en Jesús, nuestro Niño Dios vestido de alcalde, y en nuestros vínculos de hermanos hechos a imagen y semejanza de Dios”, concluyó.+

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El Papa a los jóvenes de Taizé: "Busquen en la oración y el diálogo, ser sal de la tierra"




Praga (República Checa) (AICA): “Busquen en la oración y el diálogo mutuo, cómo ser la sal de la tierra”, alentó el papa Francisco a los miles de jóvenes ortodoxos, católicos y protestantes que desde el 29 de diciembre al 2 de enero de 2015 participan en Praga, República Checa, de la 37ª edición de la Peregrinación de Confianza sobre la Tierra. El tradicional encuentro de fin de año es organizado por la comunidad ecuménica de Taizé, fundada por el fallecido Hermano Roger, y este año lleva por lema ¨Ustedes son la sal de la tierra¨.

“Busquen en la oración y el diálogo mutuo, cómo ser la sal de la tierra”, alentó el papa Francisco a los miles de jóvenes ortodoxos, católicos y protestantes que desde el 29 de diciembre al 2 de enero de 2015 participan en Praga, República Checa, de la 37ª edición de la Peregrinación de Confianza sobre la Tierra.

El tradicional encuentro de fin de año es organizado por la comunidad ecuménica de Taizé, fundada por el fallecido Hermano Roger, y este año lleva por lema "Ustedes son la sal de la tierra".


En el mensaje firmado por el Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, el pontífice animó a vivir en esta búsqueda, porque "en ella descubrirán la confianza sorprendente que Cristo pone en ustedes".


"No se dejen impresionar por sus límites ni por su pobreza. Mediante su Espíritu, que habita en ustedes, Cristo les da el ser sal de la tierra. Dirijan su mirada hacia Él para recibir lo que les pide. Viene para volver a dar al mundo su verdadero sabor y permitirle el descubrimiento de la belleza de la comunión con Dios y entre hermanos y hermanas", subrayó.


El Papa recordó a los jóvenes comprometidos con el ecumenismo que “están invitados a abrir caminos de libertad donándose con la disponibilidad de María de Nazaret cuando acogió dentro suyo la vida del Hijo de Dios”.


Y les pidió que recuerden en sus oraciones “a los mártires y a quienes manifestaron su fe, hombres y mujeres de buena voluntad que han permitido, a través del don gratuito de sí mismos, a veces a costa de grandes sufrimientos, que su país reencontrase el camino de la libertad”.


También enviaron mensajes el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomeo, el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Kirill, el Primado Anglicano Justin Welby, el Secretario General de la ONU Ban Ki-moon y el Presidente del Parlamento Europeo Martin Schulz.+






Buenos Aires (AICA): El sábado 3 y domingo 4 de enero se realizará en todas las parroquias y capillas del país la colecta para sostener la tarea evangelizadora de la Iglesia en el continente africano. Se puede colaborar con la limosna, el envío de dinero por cheques, giros postales o bien a través de depósitos en cuentas bancarias.

Todos los años, en el primer fin de semana de enero, las Obras Misionales Pontificias (OMP) promueven, en todo el mundo, la colecta en parroquias y capillas para sostener la tarea evangelizadora de la Iglesia en el continente africano.

La misión de la Iglesia en África es ir al encuentro de los pobres, tanto en la pobreza material y la pobreza espiritual. Desde las OMP en la Argentina recuerdan que África siempre fue el continente donde más se depositaron las miradas, dado su sistema de salud deficiente, la debilidad de los gobiernos y la precariedad general.


“La Iglesia católica que administra los sacramentos y sigue enviando misioneros, necesita de la ayuda de todos. Depende de la apertura de los corazones”, señala una nota de las OMP.


Destino de la colecta

Lo recaudado se destina, entre otras obas misioneras, para mantener en Roma un Instituto en el que se forman catequistas procedentes de los distintos continentes, que luego contribuirán a la formación de sus hermanos catequistas en los países de los que proceden.


Desde comienzos del siglo XXI, la Colecta Pro Africa es usada también para ayudar a los misioneros fidei donum (sacerdotes diocesanos que ofrecen un período de su vida a la misión ad gentes) provenientes de las diócesis pobres que no tienen medios para sostenerlos.


Al ser una colecta imperada, todas las parroquias del mundo destinan lo recaudado en las colectas de las misas para el fondo común que se envía a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos a través de la Dirección Nacional de las OMP.


También se pueden acercar donaciones a la sede nacional de las OMP, ubicada en Medrano 735 (CP 1179), del barrio porteño de Almagro, o se puede recurrir a cheques o giro postales (no telegráficos) a nombre de “Obras Misionales Pontificias - Sucursal 13 del Correo Argentino”.


Además, se puede optar por un depósito bancario a nombre de la cuenta corriente en pesos denominada “Obras Misionales Pontificias”, con CUIT Nº 30-53703802-7, y registrada en el Banco Santander Río Suc197-1716-3. El CBU es 0720197020000000171636.


También existe una cuenta corriente en pesos registrada en el Banco Galicia con número 0002523-6-303-8, y CBU 0070303920000002523688. En el Banco ICBC, la cuenta corriente en pesos es 510-02100256/54 con CBU Nº 0150510802000100256543.


Ante cualquier duda, pueden comunicarse telefónicamente con el director nacional, presbítero Dante De Sanzzi, o bien con la secretaria de la Propagación de la Fe, a los números (011) 4863-1357 o 4862-4136, de lunes a viernes de 8.30 a 12.30hs y de 14 a 18.+






Ciudad del Vaticano (AICA): El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi SJ, desmintió la noticia de una presunta carta sobre la cuestión del celibato eclesiástico que el papa Francisco envió al cardenal brasileño Claudio Hummes. ¨Puedo afirmar que no existe ninguna carta del Papa al cardenal Hummes sobre la materia indicada. Es verdad, en cambio, que el Papa ha invitado, en más de una ocasión, a los obispos brasileños a buscar y proponer con valentía las soluciones pastorales que consideren adaptas para afrontar los grandes problemas pastorales del país¨, precisó el vocero ante una consulta.

El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi SJ, preguntado por Il Sismografo sobre la noticia de una presunta carta sobre la cuestión del celibato eclesiástico que el papa Francisco habría enviado al cardenal brasileño Claudio Hummes.

"Puedo afirmar que no existe ninguna carta del Papa al cardenal Hummes sobre la materia indicada. Es verdad, en cambio, que el Papa ha invitado, en más de una ocasión, a los obispos brasileños a buscar y proponer con valentía las soluciones pastorales que consideren adaptas para afrontar los grandes problemas pastorales del país", precisó el vocero.


Según recuerda la agencia Zenit, no es la primera vez que tiene lugar un episodio parecido. En la audiencia general del pasado 10 de diciembre, el propio pontífice apuntó que --al informar sobre el Sínodo del pasado mes de octubre-- "a menudo la visión de los medios de comunicación contaba un poco con el estilo de las crónicas deportivas, o políticas: se hablaba con frecuencia de dos bandos, pro y contra, conservadores y progresistas". Así, el Santo Padre explicó que "un Sínodo no es un parlamento donde debaten diversos partidos o grupos de poder, sino un espacio privilegiado y protegido de comunión, en el que actúa el Espíritu Santo".


El Papa recordó también que "el Documento de trabajo, fruto de la consulta a toda la Iglesia, fue la base de la primera Relación, previa al diálogo fraterno que se produjo en el Aula sinodal, sin poner jamás en duda las verdades fundamentales del sacramento del matrimonio: la indisolubilidad, la unidad, la fidelidad y la apertura a la vida. Seguidamente, los grupos lingüísticos trabajaron a partir de una segunda Relación que recogía las diversas opiniones manifestadas en el Aula. Y, con estas aportaciones, se elaboró una Relación final, que será enviada a las Conferencias Episcopales de todo el mundo para que preparen la próxima Asamblea ordinaria en 2015".


Francisco concluyó su intervención indicando que "los documentos oficiales que salieron del Sínodo son tres: el Mensaje final, la Relación final y el discurso final del Papa. No hay otros".+






Buenos Aires (AICA): El Encuentro Nacional de Responsables y Comisiones Diocesanas de Aspirantes y Jóvenes de la Acción Católica Argentina (A.C.A.) se realizará los días 2, 3 y 4 de enero de 2015, en la casa de retiros San Francisco de Asís, ubicada en la localidad de Los Potreros, próxima a la ciudad de Río Tercero, provincia de Córdoba. El lema de esta reunión anual será “Vamos con alegría evangelizadora” y constituirá un momento importante en la etapa de preparación para la Asamblea Federal de Bahía Blanca, por efectuarse en octubre venidero.

El Encuentro Nacional de Responsables y Comisiones Diocesanas de Aspirantes y Jóvenes de la Acción Católica Argentina (A.C.A.) se realizará los días 2, 3 y 4 de enero de 2015, en la casa de retiros San Francisco de Asís, ubicada en la localidad de Los Potreros, próxima a la ciudad de Río Tercero, provincia de Córdoba.

El lema de esta reunión anual será “Vamos con alegría evangelizadora” y constituirá un momento importante en la etapa de preparación para la Asamblea Federal de Bahía Blanca, por efectuarse en octubre venidero.


El costo por cada participante estará diferenciado por diócesis, como se viene haciendo en los últimas actividades nacionales, a fin de facilitar la inscripción de quienes viven más alejados y, por ello, tienen mayor gasto en transporte.


Informes: (011) 4331-6323 o en la página web www.accioncatolica.org.ar.+






Mar Chiquita (Buenos Aires) (AICA): La estancia Santa María de la Armonía (Autovía 2, kilómetro 382,7, Cobo, partido bonaerense de Mar Chiquita), será escenario los días 3 y 4 de enero de 2015, a las 21, de las funciones de la “Navidad junto al Lago”, un espectáculo de luz, imagen y sonido organizado por la Fundación Cultural Argentina, que cuenta con más de 25 años de trayectoria y que año tras año reúne a miles de espectadores.

La estancia Santa María de la Armonía (Autovía 2, kilómetro 382,7, Cobo, partido bonaerense de Mar Chiquita), será escenario los días 3 y 4 de enero de 2015, a las 21, de las funciones de la “Navidad junto al Lago”, un espectáculo de luz, imagen y sonido organizado por la Fundación Cultural Argentina, que cuenta con más de 25 años de trayectoria y que año tras año reúne a miles de espectadores.

La particularidad de esta obra es que participan más de 150 jóvenes provenientes de las provincias de Entre Ríos, Buenos Aires, San Luis y Tierra del Fuego, entre otras. Son ellos, quienes durante días previos a las funciones trabajan en talleres para la puesta en escena del espectáculo y dedican gran cantidad de horas a los ensayos.


“La hermosura del lugar, las opciones para los más chicos y el entusiasmo de los jóvenes organizadores, logran un ambiente en el que resulta difícil no contagiarse de una ‘alegría especial’. Navidad Junto al Lago logra unir la cultura y el lenguaje de la belleza para crear un espectáculo ideal para compartir en familia este verano”, se asegura en la convocatoria.


El espectáculo comenzó en 1987 con el asesoramiento musical del presbítero Jesús Gabriel Segade, y pone en escena diferentes cuadros de la vida de Jesucristo en un escenario natural de 200 metros, con música de Bach, Haendel y Stravinsky.


Según se informó, habrá micros con servicio de ida y vuelta a las 19.30 desde la avenida Colón y Tucumán, en Mar del Plata.


Asimismo, para quienes quieran disfrutar con anticipación del lugar y conocer un poco más sobre la historia del espectáculo y la estancia, a partir de las 18.30 se ofrecerán visitas guiadas a las galerías fotográficas al aire libre. Al mismo tiempo se podrá disfrutar de espectáculos musicales, feria de artesanías y un servicio de buffet.


Mayor información: www.navidadjuntoallago.com.ar.+




Francisco a familiares de Cromañón: "Rezo con ustedes, sigo caminando por ustedes"




Buenos Aires (AICA): ¨No puedo olvidar aquella noche y los días subsiguientes recorriendo los hospitales. Hoy, diez años después, rezo con ustedes y sigo caminando con ustedes¨, escribió el papa Francisco en un mensaje de puño y letra que fue leído este martes tras la misa en la catedral metropolitana al conmemorarse una década de la tragedia de Cromañón, el incendio en un local del barrio porteño de Once durante un recital de rock que provocó la muerte a 194 personas, en su mayoría jóvenes.

El papa Francisco dijo hoy que "no se puede olvidar" de la noche de la tragedia de Cromañón y aseguró que a diez años "sigue caminando" junto a los familiares de víctimas y sobrevivientes del incendio que provocó 194 muertos.

"No puedo olvidar aquella noche y los días subsiguientes recorriendo los hospitales", escribió el pontífice en un mensaje de puño y letra que se leyó tras la misa en la catedral metropolitana.


"Hoy, diez años después, rezo con ustedes y sigo caminando con ustedes", agregó.


El mensaje dirigido al cardenal Mario Poli, quien presidió la celebración eucarística, fue leído a los medios por el sacerdote Jorge Sabaté.


Francisco manifestó su "cercanía y oración" a todos los que participaron de la Eucaristía, que fue predicada por el obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano.


"Que Jesús los bendiga y la Virgen santa los cuide y por favor no se olviden de rezar por mí", concluyó el Papa.


"Se sintió que éste no es un problema de todos"

Monseñor Lozano, quien siendo obispo auxiliar de Buenos Aires acompañó espiritualmente desde el primer momento a familias y jóvenes, dijo que "no siempre se trató con cuidado las heridas" que dejó el siniestro que causó la muerte a 194 personas y aseguró que en este tiempo de sufrimiento se conoció "el dolor que sana y el dolor que enferma o agravia".


"Este dolor lo hemos experimentado en la incomprensión, la superficialidad, el maltrato, la descalificación, la injusticia, la indiferencia. En cuántos momentos hemos sentido que éste no es un problema de todos. Como si dijeran: 'Cromañón es un problema de ustedes'", aseveró.


"En fin, hemos sabido del amigo sincero y del falluto. Del que no entiende pero acompaña el misterio, y del que entiende y se hace el distraído", reflexionó.


Monseñor Lozano recordó que en ese mismo templo el cardenal Jorge Bergoglio, hoy papa Francisco, se lamentó en varias oportunidades porque "Buenos Aires no ha llorado por la muerte de sus hijos" y agregó: "Una ciudad y un país que sigue su camino sin importarle de sus hermanos que sufren".


Asimismo, sostuvo que "hoy se cumplen ya 10 años de aquella noche fatal que se robó mucha vida joven. 10 años de sufrimientos y desamparos, pero también de gestos de cariño que reconfortan y reaniman".+






Buenos Aires (AICA): Se acerca 2015, año eminentemente electoral. En otros tiempos los partidos políticos daban a conocer su proyecto de gobierno. Hoy son las personas que aspiran a la presidencia, los presidenciables, quienes ocupan en la práctica el papel de los partidos políticos. Muchos son los temas sobre los que se podría interrogar, como la educación, la corrupción y otros. Pero cuatro o cinco cuestiones que comprenden los principales problemas que afligen o preocupan a la ciudadanía bastan para intuir el pensamiento y los propósitos de quienes eventualmente ocuparían la Casa Rosada. AICA se propone, de esta manera, hacer conocer a sus lectores el pensamiento de cada candidato. Por una razón de cercanía física, el primer interrogado es Mauricio Macri, Jefe del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Se acerca 2015, año eminentemente electoral en la Argentina. En otros tiempos los partidos políticos daban a conocer su plan o proyecto de gobierno, o lo que se llamaba entonces la plataforma político electoral. Hoy son las personas que aspiran a la presidencia de la nación, los presidenciables, quienes ocupan en la práctica el papel de los partidos políticos.

Muchos son los temas sobre los que se podría interrogar, como la educación, la corrupción y otros. Pero cuatro o cinco cuestiones que comprenden los principales problemas que afligen o preocupan a la ciudadanía bastan para intuir el pensamiento y los propósitos de quienes eventualmente ocuparían la Casa Rosada.


Son, entre otros, el problema de la exclusión, que comprende a los pobres, el flagelo de la droga y el narcotráfico origen de tantos males directos e indirectos que castigan a la población, la llamada despenalización del aborto y el papel de la familia.


AICA se propone, de esta manera, hacer conocer a sus lectores cuál es el pensamiento de los candidatos a presidente de la nación, sobre estos temas tan importantes para el país.


Por una razón de cercanía física, a dos cuadras de la sede de AICA, el primer interrogado es Mauricio Macri, Jefe del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, quien se toma un momento para compartir con nosotros su propio balance. “No importa dónde estemos o qué estamos haciendo”, sostiene, “es importante repasar lo que vivimos, ser agradecidos y renovarnos junto a nuestros seres queridos y las personas que nos contagian esperanza”.


-¿Cómo ve el país hoy y qué piensa sobre nuestro futuro?

-Desde hace un tiempo vengo recorriendo el país, conociendo a personas increíbles y familias enteras que me abren las puertas de sus casas para mostrarme cómo viven a través de sus propios ojos. Cada visita es única. Son historias, anécdotas, sonrisas y mucha charla, pero también son una especie de desahogo. En todas partes hay una angustia muy grande. Porque cuesta conseguir trabajo o, los que lo tienen, hacen lo imposible para llegar a fin de mes. Porque la educación no está a la altura de los desafíos de nuestro tiempo y no les estamos dando a nuestros chicos las herramientas para su futuro. Porque da miedo salir a la calle por la cantidad de casos de inseguridad en la zona o porque la droga está en todas partes y no queremos que siga destruyendo vidas. Entonces me pregunto, ¿podemos seguir así? El año que viene tenemos una oportunidad histórica: podemos hacer un cambio para que todos podamos vivir mejor. En cada casa fui conociendo personas llenas de talento y de capacidad para salir adelante. Y tenemos una cantidad enorme de recursos en todo el país. Por eso soy optimista sobre nuestro futuro, y estoy convencido de que podemos vivir mejor.


-¿Cree que es posible acabar con la exclusión?

-Mi sueño es vivir en una Argentina donde todos, vivan donde vivan, tengan oportunidades para desarrollarse. Desarrollarse no es algo abstracto o teórico. Es que podamos levantarnos todos los días con ganas, porque sabemos que tenemos un trabajo donde somos valorados y podemos seguir creciendo. Significa que los chicos no tengan que abandonar la escuela y puedan recibir todos los estímulos que necesitan para aprender y construir su futuro. Y quiere decir también que la dignidad sea un valor presente en la vida de todos, que podamos apostar a cumplir nuestros sueños y mirar para adelante sin miedo, con confianza en nosotros mismos y en todo lo que podemos hacer. ¡Por supuesto que creo que es posible acabar con la exclusión! Hoy son muchas las personas con grandes necesidades en el país, pero tenemos todo para salir adelante y lo más importante es que podemos hacerlo. Si todos participamos vamos a hacer que más personas puedan estar mejor y ser más felices.


-El flagelo de la droga fue creciendo en estos últimos años, ¿cuál es su opinión sobre el tema?

-Eso es lo más triste. Ver que la droga avanza y se mete de lleno en la vida de las personas, afectando sus relaciones, sus familias, sus amistades, sus trabajos. Por eso es muy importante pensar en el que sufre una adicción, pero también en la gente alrededor. Como dijo el papa Francisco, lo que hay que hacer es afrontar los problemas que están en la raíz del consumo de drogas, con más justicia, con más educación, y acompañando para dar esperanza en el futuro. Es un problema difícil, pero cientos de casos de personas recuperadas muestran que no es imposible recuperarse y que, dentro de un marco de contención, se puede superar. La droga no llega sola y todo lo que hagamos desde el Estado para acompañar a los que padecen este mal tiene que estar acompañado de un compromiso firme para combatir el narcotráfico con dureza.


-Y al narcotráfico, ¿cómo se lo combate?

-Hay dos aspectos fundamentales para abordar esta problemática y son complementarios. El narcotráfico es un problema que atraviesa toda frontera, por eso es necesario que reforcemos las nuestras y que empecemos a combatirlo con fuerzas de seguridad confiables y entrenadas, con equipos preparados para enfrentarse a organizaciones criminales muy peligrosas. El otro camino que, como dije, va de la mano de lo anterior, es la inclusión social. En este tema es bueno tomar el ejemplo de países que hace mucho tiempo vienen enfrentando este problema y desarrollando políticas desde el Estado que dan resultados. Hay experiencias, como la de Medellín, que nos muestran que las políticas públicas que generan más integración y más seguridad en las zonas donde la pobreza es mayor sirven para combatir el narcotráfico además de mejorar la vida de las personas.


-En las últimas semanas se retomó el debate sobre la despenalización del aborto, ¿cuál es su opinión al respecto?

-Yo estoy a favor de la vida. Por supuesto que estoy de acuerdo y celebro que exista la posibilidad de debatir y que cada persona pueda exponer sus argumentos a favor de sus ideas. Creo que en la libertad para expresarnos está nuestra mayor riqueza.


-¿Cuál es para usted el papel de la familia en la sociedad?

-Cuando yo decidí meterme en política, lo hice con la convicción de que podía hacer un aporte para que las personas vivan mejor y podamos ser felices. No hablo de ciudadanos, ni de votantes. Hablo de personas. Y la familia ocupa un lugar fundamental en el día a día de todos. Es una comunidad “a pequeña escala” que hay que cuidar porque es en lo primero en lo que uno se apoya. Contar con la aprobación y el respaldo de mi mujer, de mis hijos, es lo que me da fuerza y creo que eso les pasa igual a todos. Tenemos que cuidar esos vínculos porque son los que nos impulsan a cumplir nuestros sueños y a trabajar con dedicación para encarar nuestros proyectos. Y sobre todo, los que nos llenan el corazón con amor y la más pura felicidad.+






Buenos Aires (AICA): “Para la enorme mayoría de la gente, Cromañón es algo que les pasó a otros. Incluso hasta con algún dejo de responsabilidad, si no de culpa”, advirtió el obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, en un artículo titulado “Diez años de ausencias” que publica hoy el diario Página12, a diez años de la tragedia en el local de Once que causó la muerte a 194 personas, en su mayoría jóvenes. “Es bueno destacar el lugar importante que han tenido los diversos credos en el acompañar el dolor con el cariño y la oración. Una presencia firme, estable, comprometida. Dios tiene una Palabra que se hace carne en la cercanía con toda condición humana. Los que murieron en Cromañón son los nuestros, también son los tuyos”, aseveró.

“Se cumplen diez años de aquella noche trágica en Plaza Once que conmovió y oscureció al país. Murieron muchos. No son números. Son historias, anhelos, sueños, vínculos, familias, proyectos... Pérdidas y ausencias en hogares, aulas, oficinas, talleres, clubes, barrios... Pérdidas irreparables en el más estricto sentido de la palabra”, recordó el obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, en un artículo titulado “Diez años de ausencias” que publica hoy el diario Página12.

“Para familiares, amigos y sobrevivientes la vida continuó como pudo porque el reloj no se detiene. Algunos retomaron los estudios y obtuvieron sus títulos. Hubo casamientos, nacimientos que devolvieron sonrisas y fiesta. Otros la siguen peleando sin muchos logros palpables, aunque continuar remando no es poco.

Para todos, en sus distintos procesos, la vida nunca será igual”, subrayó.


Tras referirse al camino interior que en estos años debieron recorrer tanto las familias de las víctimas mortales y la sociedad, reconoció que “no todos han dado los mismos pasos”.


En este último sentido, monseñor Lozano se animó a decir que “para la enorme mayoría de la gente, Cromañón es algo que les pasó a otros. Incluso hasta con algún dejo de responsabilidad, si no de culpa”.


Asimismo, recordó que el cardenal Jorge Bergoglio, hoy papa Francisco, solía lamentarse de que “Buenos Aires no ha llorado lo suficiente por la muerte de sus hijos” y criticó que “actitudes individualistas y consumistas hacen pasar de largo ante el dolor de hermanos que es visto como ‘ajeno’”.


“La empatía social generalizada de los primeros días y semanas, al año tuvo fecha de vencimiento y fue reemplazada por indiferencia e indolencia. Se agregó sal a la herida”, aseveró y agregó: “Es cierto que se generó más conciencia social acerca de las normas de seguridad en lugares públicos”.


“Sin embargo, la corrupción sigue teniendo tolerancia social. Coimas y sobornos logran que las ordenanzas municipales y las leyes no se cumplan. Desde la venta de alcohol a menores en almacenes y supermercados, al consumo de todo tipo de bebidas y drogas en la vía pública, a cualquier edad, en las diversas horas del día”, denunció.


Monseñor Lozano, que siendo obispo auxiliar de Buenos Aires al momento de la tragedia acompañó espiritualmente a familiares y sobrevivientes, advirtió que “tampoco se cuida adecuadamente a los jóvenes que salen a divertirse. Se les ofrece cualquier mezcla de sustancias alcohólicas, pastillas varias como si fueran licuados de frutas. Muchas veces hay enfrentamientos entre grupos a la salida del boliche o la cancha, que provocan lesiones, si no muertes”.


“Es bueno destacar el lugar importante que han tenido los diversos credos en el acompañar el dolor con el cariño y la oración. Una presencia firme, estable, comprometida. Dios tiene una Palabra que se hace carne en la cercanía con toda condición humana. Los que murieron en Cromañón son los nuestros, también son los tuyos”, concluyó.+


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