Sacerdotes tucumanos denuncian el avance de las drogas y el narcotráfico

La Pastoral de Adicciones también llama al compromiso de todos los ciu... ver más
San Miguel de Tucumán (AICA): Los sacerdotes que integran la Pastoral de Adicciones de la arquidiócesis de Tucumán dieron a conocer una carta firmada junto con su arzobispo, monseñor Alfredo Zecca, en la que denuncian que el combate contra la drogadependencia está “desbordado”. También advierten que muchos adictos “encuentran la muerte en la calle o, desesperados, se quitan la vida”.
Los sacerdotes que integran la Pastoral de Adicciones de la arquidiócesis de Tucumán dieron a conocer una carta firmada junto con su arzobispo, monseñor Alfredo Zecca, en la que denuncian que el combate contra la drogadependencia está “desbordado”. También advierten que muchos adictos “encuentran la muerte en la calle o, desesperados, se quitan la vida”.

El documento, titulado “Consuelen, consuelen a mi pueblo”, llama la atención sobre el drama del consumo de estupefacientes y el narcotráfico, al tiempo que piden un mayor compromiso de las autoridades y de cada tucumano.

“Los sacerdotes que se han ido implicando en los barrios periféricos en diversas iniciativas para ayudar a los adictos a las drogas y a sus familias han decidido publicar una carta con la que buscan dirigirse a las autoridades y a todos los fieles y ciudadanos. El problema de la adicción es un problema de todos”, manifestó a AICA monseñor Zecca.

“Nuestra intención es convocar a tomar conciencia y hacer lo que nos corresponde: la Iglesia puede colaborar en algún aspecto, pero los ciudadanos tienen que hacer lo suyo; el gobierno tiene que encarar el control; la Justicia, hacer lo que corresponde, y en fin, que haya verdadera voluntad política”, comentó el prelado.

Algunos conceptos del documento
“En el seno de una nación libre, cada día más ciudadanos son esclavos de diversas adicciones. Es conocida públicamente la gravedad del problema de la venta y el consumo de drogas expuesta sin pudor en las calles, sobre todo de los barrios más pobres”, indican los sacerdotes en su carta.

El clero que integra la Pastoral de Adicciones advierte que la compraventa de estupefacientes aumentó un 50 por ciento en los últimos cuatro años, según las estadísticas recientes del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Pontificia Universidad Católica Argentina (UCA).

Los sacerdotes también enfatizan en el drama que generan las adicciones al juego y al alcohol, favorecida “por la proliferación descontrolada de negocios que aprovechan la situación para lucrar sin escrúpulos”.

“Como sacerdotes de distintas parroquias de la ciudad y del interior de Tucumán, nos encontramos cada día con los rostros del dolor. Son miles. Entre ellos está el de la mamá que nos cuenta entre lágrimas que ha encadenado a su hijo porque no sabe cómo alejarlo de la calle para evitar que se drogue”, manifiestan en otro párrafo los pastores.

El grupo que sacerdotes afirma que las instituciones están fallando: “Al encontrarnos con la venta impune de drogas y la insensibilidad perversa de quienes ponen veneno en las manos de niños, jóvenes y adultos, nos preguntamos por el accionar de los organismos públicos encargados de combatir y sancionar este delito”.

Los sacerdotes añaden: “Escuchamos decir con frecuencia que a esta situación de desborde se ha llegado con la complicidad y la corrupción de algunos dirigentes. La sociedad a menudo sospecha que miembros de las fuerzas de seguridad, funcionarios de la Justicia y políticos colaboran con los grupos mafiosos. Esta realidad debilita la confianza y desanima las expectativas de cambio”.

El manifiesto insiste en que la persecución del narcotráfico es una función indelegable de las autoridades: “Los distintos poderes del Estado son los responsables insustituibles de combatir el delito mediante las correspondientes leyes, los procesos judiciales y el accionar de las fuerzas de seguridad. Esto implica diseñar e instrumentar políticas de Estado adecuadas y a largo plazo”.

La Pastoral de Adicciones también llama al compromiso de todos los ciudadanos, al sostener que sus integrantes ven con preocupación que gran parte de la sociedad “no sienta el drama de las adicciones como propio”, mientras se “naturaliza” el consumo de drogas y se lo acepta “como parte de la vida social”.

“Al observar su crecimiento descontrolado, también corremos el riesgo de sumergirnos en un pesimismo fatalista”, observan. “Como miembros de la Iglesia nos duele reconocer que muchas veces tampoco hemos oído la llamada que esta situación nos dirige a gritos y hemos vuelto la mirada hacia otro lado. Deseamos hacernos cargo de nuestras propias omisiones”, reconocen los sacerdotes.

Los curas aseguran que se puede salir de la drogadependencia y anuncian la apertura de una segunda Fazenda de la Esperanza, que reforzará el trabajo que ya se realiza en Tafí Viejo. De todos modos, constatan que las múltiples iniciativas trabajan en forma desarticulada y no siempre existe libertad de acción. “Estos esfuerzos crecientes siguen siendo pocos, y brindan una respuesta todavía insuficiente”, alertan.+

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