Francisco: “Nuestra victoria es el amor inexplicable de Dios”

Ciudad de Vaticano (AICA): “Nada podrá separarnos nunca del amor de Dios, en Cristo Jesús Nuestro Señor”, aseguró el papa Francisco en la misa matinal en la capilla de la Casa de Santa Marta. El pontífice recordó que Dios llora por nosotros cuando nos alejamos y puntualizó: “Dios llora por cada uno de nosotros; Dios llora por esos malvados, que hacen muchas cosas feas, tanto mal a la humanidad. Pero, no condena, llora. ¿Por qué? Porque ama”.
El papa Francisco, recordó hoy en la misa matinal en la capilla de la Casa Santa Marta que Dios solo puede amar, no condena y su amor es nuestra victoria.

Citando las palabras de san Pablo en la primer lectura, “si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?”, “si Dios nos salva, ¿quién nos condenará?”, el pontífice indicó que parece “la fuerza de esta seguridad de vencedor”, este don, el cristiano “lo tiene en las propias manos, como una propiedad”.

El Papa aseguró que los cristianos podrían decir casi triunfantes: “¡Ahora nosotros somos los campeones!”

Somos vencedores “no porque tenemos este don en la mano, sino por otra cosa”, advirtió y precisó que es otra cosa la que “nos hace vencer o al menos si queremos rechazar la victoria siempre podremos vencer”.

Es el hecho de que nada “podrá separarnos del amor de Dios, que es Jesucristo nuestro Señor”, explicó.

“No es que seamos vencedores sobre nuestros enemigos, sobre el pecado. ¡No! Estamos muy unidos al amor de Dios, que ninguna persona, ningún poder, nos podrá separar de este amor”, puntualizó.

Asimismo, el Santo Padre subrayó que Pablo vio en el don algo más, lo que da el don: “Es el don de la recreación, es el don de la regeneración en Cristo Jesús. Ha visto el amor de Dios. Un amor que no se puede explicar”.

Durante la homilía, el Pontífice sostuvo que “cada hombre, cada mujer, puede rechazar el don”, preferir su vanidad, su orgullo y su pecado, pero “el don está”.

Por esto, el pontífice aseguró que “el don es el amor de Dios, un Dios que no puede separarse de nosotros. Esa es la impotencia de Dios. Nosotros decimos: ‘Dios es poderoso, ¡puede hacer todo! Menos una cosa: ¡cansarse de nosotros!”

Francisco indicó que en el Evangelio, esa imagen de Jesús que lloran en Jerusalén, nos hace entender este amor. “¡Jesús ha llorado! Lloró sobre Jerusalén y en ese llanto está toda la impotencia de Dios: su incapacidad de no amar, de nos cansarse de nosotros”.

Recordó que Jesús lloró sobre Jerusalén que mató a sus profetas, los que anunciaban la salvación. Y Dios dice a Jerusalén y a todos nosotros: “¡cuántas veces he querido recoger a tus hijos como una gallina con sus pollueelos bajos sus alas y ustedes no han querido!”

“Esta es una imagen de ternura”, afirmó e indicó: “Dios no puede no amar y esta es nuestra seguridad.

“Yo puedo rechazar ese amor, puedo rechazarlo como lo hizo el buen ladrón, hasta el final de su vida. Pero allí lo esperaba ese amor. El más malo, el más blasfemador es amado por Dios con una ternura de padre, de papá”, aseveró.

Finalmente, el Papa aseguró que Dios el Poderoso, el Creador, puede hacer todo, incluso llorar. “En este llanto de Jesús sobre Jerusalén, en esas lágrimas, está todo el amor de Dios. Dios llora por mí, cuando me alejo; Dios llora por cada uno de nosotros; Dios llora por esos malvados, que hacen muchas cosas feas, tanto mal a la humanidad… Espero, no condena, llora. ¿Por qué? Porque ama”.+

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