Mons. Arancedo: "La invocación a Dios es religiosa pero habla de responsabilidad cívica"

Mons. Arancedo: "La invocación a Dios es religiosa pero habla de responsabilidad cívica"

Santa Fe (AICA): ¨Dios no ocupa el lugar de nadie pero sí sostiene e ilumina el lugar y la tarea de todos. La fe en Dios que hemos conocido por el Evangelio de Jesucristo nos compromete a sentirnos responsables de nuestros hermanos. Nada más lejos de la fe en Dios Uno y Trino, que encerrarnos en actitudes individualistas y egoístas, y a pensar solo en términos económicos de llegar a tener más. La fe en un Dios que es Padre de todos, abre nuestra mirada y nuestro corazón a todos nuestros hermanos, aseguró el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, al reflexionar sobre la invocación a Dios en la Constitución Nacional.
El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, aseguró que el misterio de la Santísima Trinidad, cuya solemnidad se celebra este domingo, no es "algo oscuro y difícil que debemos desentrañar sino de una realidad que nos trasciende y que necesita ser revelada".

"Cuando la recibimos ella se convierte en luz que da sentido a todo. En ello vemos como la fe eleva a la inteligencia a un conocimiento que trasciende sus límites humanos. Estamos hablando de la fe como un don del Espíritu Santo", puntualizó en su reflexión semanal.

El prelado destacó que para el cristiano "la fuente del amor es Dios", por lo que consideró que "vivir esta conciencia de la fe en Dios debe desterrar cualquier intento de fanatismo religioso que lleve a matar en nombre de Dios".

"Quien hace esto no está hablando del Dios verdadero, sino de una caricatura hecha con fines políticos de poder y dominio. El criterio para discernir la presencia de Dios siempre es el amor", aseveró.

El arzobispo santafesino se refirió al texto de la Constitución Nacional que dice: "Dios es fuente de toda razón y justicia" y opinó que, sin pretender forzarlo, se debe entender "no solo en un sentido individual sino también, en su alcance social".

"No es posible invocar a Dios y no tener una actitud de solidaridad como exigencia moral de esa misma invocación, que si bien es religiosa nos habla de responsabilidad cívica. La invocación a Dios da fundamento y refuerza todo lo humano", argumentó.

“Dios no ocupa el lugar de nadie pero sí sostiene e ilumina el lugar y la tarea de todos. La fe en Dios que hemos conocido por el Evangelio de Jesucristo nos compromete a sentirnos responsables de nuestros hermanos", subrayó.

Monseñor Arancedo afirmó que "nada más lejos de la fe en Dios Uno y Trino, que encerrarnos en actitudes individualistas y egoístas, y a pensar solo en términos económicos de llegar a tener más. La fe en un Dios que es Padre de todos, abre nuestra mirada y nuestro corazón a todos nuestros hermanos".+

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