Llamativas coincidencias en la canonización del Cura Brochero

Miramar (Buenos Aires) (AICA): Antes, durante y después de la canonización de Brochero, se han escrito cientos de artículos periodísticos, innumerables comentarios radiales y televisivos sobre este santo sacerdote, protagonista de un acontecimiento que inflamó de sano orgullo a los argentinos, creyentes y no creyentes. Entre tantos, nos ha llegado un artículo aparecido en el semanario “El Argentino”, de Miramar, escrito por el Pbro. Hugo Segovia “ciudadano ilustre” del partido bonaerense de General Alvarado, cuya cabecera es la ciudad de Miramar.
Antes, durante y después de la canonización del Cura Brochero, se han escrito cientos de artículos periodísticos, innumerables comentarios radiales y televisivos, numerosos libros sobre este santo sacerdote, protagonista de un acontecimiento que inflamó de sano orgullo a todos los argentinos, creyentes y no creyentes. Entre tantos, nos ha llegado un artículo aparecido en el semanario “El Argentino”, de la ciudad de Miramar, debido a la pluma del presbítero Hugo Segovia “Ciudadano Ilustre” del partido bonaerense de General Alvarado, cuya cabecera es la bella ciudad de Miramar.

El padre Segovia señala que observó, desde distintos aspectos y circunstancias, una serie de coincidencias que, dice, “son la expresión de la providencia amorosa de Dios”.

“Lo primero que se me ocurrió el 22 de enero, cuando nos enteramos de la inminente canonización del Padre Brochero -dice al inicio de su nota-, fue la coincidencia con el segundo centenario de la declaración de nuestra independencia y la celebración del XI Congreso Eucarístico Nacional, pero también con la anunciada canonización de la beata Teresa de Calcuta”.

Más adelante escribe que también encontró coincidencias, o más bien semejanzas entre la vida del Cura Brochero, que vivió cuarenta años en el valle de Traslasierra, con el Cura de Ars, que pasó más de cuarenta años en el casi ignorado pueblo de Ars.

“Hasta en ello podemos encontrar coincidencias y una que hace a los dos presbíteros, más parecidos todavía a Jesús como es la poca categoría de los lugares en los cuales transcurrieron la mayor parte de sus vidas. Natanael dijo: “¿puede salir algo bueno de Nazaret?”.

“En la novela El Reino, un best seller muy notable de los últimos meses, el autor hace percibir otras coincidencias: habla de Teresa de Lisieux a quien llama “la vocecita” y dice que “es la receta ideal para bajarle los humos a un intelectual propenso a juzgarlo todo desde arriba”.

Tras otros interesantes conceptos referidos a la vida de los santos, entre los cuales destaca a la Madre Teresa de Calcuta, el padre Segovia concluye su nota volviendo al principio.

“Pensaba esa tarde del 22 de enero, en las coincidencias e imaginaba que la figura de Brochero bien podría ser la imagen de esta Iglesia de Dios que peregrina en la Argentina. No un Brochero solo nuestro sino de toda la Iglesia, hermanada, junto con Teresa de Calcuta, en el desafío bergogliano de “no olvidarnos de los pobres”.

“Hasta podríamos atisbar al papa Francisco hablando en la ONU y presentando al Martín Fierro no solo como patrimonio nacional sino ingresando a toda nación, raza y lengua casi como un anticipo de esta canonización.

“Tengo en las manos -dice concluyendo- un trocito del poncho que estuvo sobre el cuerpo de Brochero hace ahora ciento tres años, y recuerdo palabras suyas (“sin que ninguno se me desbande de la manada”… “conozco el oeste de la sierra como mi sotana”… “yo no he vuelto para estar como los álamos sin dar fruto”… “viviré siempre en el corazón de la zona occidental”…). El trocito y las palabras me ayudan a celebrar este acontecimiento y a renovar el compromiso que implica”.

El presbítero Hugo Walter Segovia, que el pasado 4 de mayo cumplió 85 años, nació en Punta Alta, provincia de Buenos Aires. Hizo sus estudios eclesiásticos en el Seminario Mayor San José de La Plata y fue ordenado sacerdote en Bahía Blanca el 23 de julio de 1961. Actualmente reside en la ciudad de Miramar, del partido bonaerense de General Alvarado, uno de los distritos que integran la diócesis de Mar del Plata. El 17 de septiembre de 2014, el Concejo Deliberante de General Alvarado, por unanimidad de todos sus concejales, lo declaró Ciudadano Ilustre del partido “en homenaje y reconocimiento a su tarea pastoral en la ciudad de Miramar, y por sus condiciones humanas que lo destacan como un entrañable amigo de nuestra comunidad”.+

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