Mons. Radrizzani exhortó a vivir una esperanza grande apoyado en la misericordia del Padre

Mons. Radrizzani exhortó a vivir una esperanza grande apoyado en la misericordia del Padre

Buenos Aires (AICA): El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani SDB, exhortó a “vivir una esperanza grande apoyado en la misericordia del Padre”. “Él al hacerse hombre asumió todo lo humano aún aquello que es negativo de mi persona y de la historia. Todo es aceptado y asumido por Él. En toda oscuridad está Él”, sostuvo, y agregó: “Esto hace nacer en mí la esperanza, la libertad y la alegría. Él está y esto me basta. Ahora puedo donarme a mis hermanos, puedo amar porque El me amó primero”.
El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani SDB, destacó que en este Año de la Misericordia pudo percibir “cada vez más claro cómo Dios al hacerse hombre ha asumido mi vida, mis límites, mis sombras y mis pecados. Él asumió todo, aun mis fracasos”.

“En la gruta de Belén, en el pesebre, asumió todo lo que el mundo desprecia, todo lo que para el común de la gente, no tiene valor. El ha elegido la pobreza y la fragilidad. Y todo lo mío lo ha asumido, lo tuyo y lo de todos. Esta es la muestra de su amor infinito”, subrayó, y agregó: “Donde veo negativo, esclavitud, desilusión, está Él”.

El prelado aseguró que “esto me lleva a vivir una esperanza grande apoyado en su misericordia. Lo descubro a Él en mis límites y en todo aquello que es negativo” y explicó que “Él al hacerse hombre asumió todo lo humano aun aquello que es negativo de mi persona y de la historia. Todo es aceptado y asumido por Él. En toda oscuridad está Él”.

“Esto hace nacer en mí la esperanza, la libertad y la alegría. Él está y esto me basta. Ahora puedo donarme a mis hermanos, puedo amar porque El me amó primero”, sostuvo.

El arzobispo mercedino afirmó que “la Navidad renueva mi esperanza. Una esperanza que nace de su amor que nunca se acaba. Mi corazón se apoya en Dios y por Él y como Él puedo entregarme a los demás deseando que todos gocen de esta presencia infinita, amorosa y misericordiosa. Mirando la vida de todos los santos noto que esta realidad es contagiosa. Esta es la esperanza que nace de la Navidad”.

“Quien tiene esperanza vive de otra manera; se le ha dado una vida nueva”, citó, y señaló que “así deseo que comencemos el nuevo año, animados también por los santos que nos han precedido: Madre Teresa, el Cura Brochero, Mama Antula y más cercanos a nosotros el Padre Salvaire y el Negrito Manuel. Todos amantes de Dios, de su Santísima Madre y de sus hermanos”.

Monseñor Radrizzani pidió a la comunidad diocesana que en 2017 procure “retomar el ideario a la luz de lo que nos enseña el papa Francisco”.

“Pongo mi deseo de Feliz Navidad en manos de María, ‘es Ella la que sabe transformar una cueva de animales en la Casa de Jesús, con unos pocos pañales y una montaña de ternura. Ella es la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con su cariño materno. Como una verdadera madre, ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama incesantemente la cercanía del amor de Dios”, concluyó.+

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