Mons. Urbanc consagró y dedicó un templo a San José

Mons. Urbanc consagró y dedicó un templo a San José

Piedra Blanca (Catamarca) (AICA): Con una celebración presidida por el obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, fue consagrado y dedicado el histórico templo en honor de San José, en la localidad de Piedra Blanca, departamento Fray Mamerto Esquiú. En su homilía, el obispo destacó tres rasgos de San José: su silencio, su fe y su obediencia.
El obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, presidió la celebración en la que fue consagrado y dedicado el histórico templo de San José, en la localidad de Piedra Blanca, departamento Fray Mamerto Esquiú.

La ceremonia fue concelebrada por el vicario general de la diócesis, presbítero Julio Quiroga del Pino; el rector del santuario de Nuestra Señora del Valle, presbítero José Antonio Díaz; el párroco, presbítero Juan Olmos, entre otros sacerdotes del clero diocesano. Contó con la participación de frailes franciscanos, entre ellos el guardián del Convento de San Francisco, fray Alejandro Verón, religiosas y fieles en general.

Estuvieron presentes el intendente de Fray Mamerto Esquiú, doctor Guillermo Ferreyra; el senador provincial, profesor Oscar Vera; el diputado provincial Humberto Valdez; el presidente del Concejo Deliberante local, Daniel Vildoza, concejales y funcionarios del poder ejecutivo municipal.

Tras la lectura del decreto por el que se autoriza la consagración del altar y la dedicación del templo, se dio a conocer una carta del anterior párroco de esa comunidad, presbítero Julio Murúa, quien se hizo presente espiritualmente en este acontecimiento.

Seguidamente, el obispo bendijo el agua con la que roció las paredes del templo y a los presentes, y luego el ambón desde donde se proclamó la Palabra de Dios.

En su homilía, monseñor Urbanc se refirió a la figura de San José, destacando tres rasgos de los tantos que caracterizan su persona: su silencio, su fe y su obediencia. Y tras desarrollar cada uno, pidió a Dios, por intercesión de San José “que nos dé mucho silencio interior y contemplativo, fe pronta y generosa, y alegre obediencia al plan redentor”.

El prelado explicó que “con la dedicación del templo, concretado luego con la unción de las cruces colocadas en sus muros, “queremos significar que este edificio es, de ahora en más y para siempre, un ámbito sólo para el culto y la alabanza a Dios, nuestro Señor. Aquí se administrarán los sacramentos, entre los cuales sobresale la Eucaristía, memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, nuestro Salvador. También nos congregaremos para rezar, personal o comunitariamente, para agradecer y alabar al Señor por su infinita bondad y misericordia, para cantar y salmodiar, para adorar…”

Monseñor Urbanc explicó además que “con la consagración del altar, que representa a Cristo, piedra angular de la Iglesia, estaremos indicando que este lugar central del templo será usado exclusivamente para la celebración del santo sacrificio de la misa, por ello lo ungiré con el santo Crisma, al igual que las cruces, para indicar que sobre él reposará el Santísimo Cuerpo y la Preciosísima Sangre de nuestro Redentor”.

El pastor diocesano aclaró que “este edificio, por el rito de la consagración de su altar y su dedicación, será para siempre el más importante de todo el departamento, y por eso tendrán que cuidarlo con esmero y mantenerlo con el esplendor que se merece porque en él habita la Santísima Trinidad, y porque en él se congregarán ustedes para adorarla y acogerla en sus corazones, a fin de ser verdaderos hijos de Dios y sinceros hermanos entre ustedes y con todos los seres humanos, sin distinción de raza, cultura o nación”.

A continuación se rezaron las Letanías de todos los Santos, que la asamblea acompañó de rodillas, y la unción con el óleo sagrado del altar y las cruces ubicadas en las paredes. Luego, quemó incienso en el altar, que perfumó el templo.

Culminado el rito de la unción, miembros de la comunidad vistieron el altar con manteles, flores y velas.
Antes de la bendición final, el párroco Olmos expresó su gratitud a la comunidad por este logro, “a pocos días de cumplir un año caminando juntos en estas preciosas tierras de Fray Mamerto Esquiú”. Recordó cuando comenzaron a trabajar en la construcción del altar y la refacción del templo con un grupo de parroquianos y el trabajo realizado en el Festival de la Graciana para poder concretarlo, destacando que “es un grupo de personas que busca hacer lo mejor a partir de su entrega generosa”. También agradeció “la colaboración del Intendente para poder ofrecer esto a Dios”.

Al finalizar la celebración, se firmó el acta y los presentes besaron el altar.+

» Texto completo de la homilía

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