Mons. Martín pidió a la Virgen de Luján que se cumpla “la ley del amor”

Mons. Martín pidió a la Virgen de Luján que se cumpla “la ley del amor”

Rosario (Santa Fe) (AICA): El arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Eliseo Martín, presidió la procesión y misa en honor de Nuestra Señora de Luján, en el templo dedicado a la advocación en el decanato oeste de la ciudad. En su homilía, el prelado propuso reflexionar sobre la ley de la vida: el amor.
En el marco de las fiestas patronales en honor de Nuestra Señora de Luján, el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Eliseo Martín, presidió la misa y procesión en el templo ubicado en el decanato oeste de la ciudad.

En su homilía, el obispo recordó que “cada cosa tiene su ley y esto quiere decir que las cosas tienen que ser usadas conformes a su finalidad, ya que si no las usamos conforme fueron creadas las destruimos”.

“Todas las cosas tienen su ley, todas las cosas están hechas para algo”, continuó, y planteó: “¿Cuál es la ley del ser humano? ¿Para qué estamos hechos nosotros? ¿Cómo nosotros podemos realizar nuestras vidas? ¿Cómo podemos hacer nosotros que el deseo que hay en el corazón de ser feliz se lleve a cabo?”.

“La palabra de Dios nos dice: ‘Dios nos ha elegido en Cristo desde siempre para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia por el amor’”, señaló monseñor Martín, y advirtió: “Esta es la ley. Amar. ¿Y por qué es la ley?, preguntó. “Porque Dios que es amor y nos hizo a su imagen y semejanza sólo podemos realizar nuestra vida, solo podremos ser felices, sólo podremos contribuir al bien de todos si amamos”.

“Por eso, San Agustín decía ‘ama y haz lo que quieras’, porque el amor supera las exclusiones y supone la justicia… Si amo, cumplo con la justicia y solo amando podemos ser felices. Por eso la ley del ser humano es dar y darse, dar y darnos. El egoísta se cierra sobre sí mismo, se entristece y se deprime, en cambio el que ama, el que se da, es feliz”, afirmó.

“Tenemos que tener en cuenta que primero es el amor de Dios: existimos porque Dios nos ama, nosotros existimos por el amor de Dios y de nuestros padres. El primer amor es recibir la vida como bien. La vida que nace, la vida que viene en camino. Así el amor implica sacrificio. Exige a veces, sacrificio”, reconoció el pastor de Rosario.

“Por eso, María es ejemplo de ese amor. Vemos cómo ella acogió el plan de Dios y recibió el Espíritu Santo para que se realizara la obra de redención del amor de Dios”, consideró.

“¿Y María qué hace? Cuando está embarazada, no se queda encerrada en sí misma, quietita, se va a visitar a alguien que está en una necesidad mayor, su prima Isabel, mujer entrada en años que milagrosamente ha quedado embarazada. Sale. Sale”, destacó.

“María partió y fue sin demora. El amor no se demora. El amor llena de alegría los corazones. Por eso Isabel y el niño se alegran. Entregándome cumplo la ley del amor”, aseguró. “Por eso cuando vemos tantas injusticias, maltratos, ofensas son por esa falta de amor”.

“Así nosotros, que conocemos el amor de Dios y conocemos para qué estamos en esta vida, qué es amar, dejemos que en primer lugar el Espíritu Santo nos invada para que se nos inflamen los corazones con ese amor que es el amor de Dios y nos haga poder amar a los demás como hizo la Virgen y salir, no sólo individualmente, sino como Iglesia”, agregó.

“La consigna de la Iglesia es salir, como hizo la Virgen. Salir a los lugares alejados y a las personas alejadas para llevarles el amor de Dios, para ser con nuestras vidas, testigos del amor de Dios”, sostuvo. “Así contribuimos como una semillita a construir una sociedad mejor, una Patria más justa”.

“Por eso, experimenten la ley de la vida: dándonos nos realizamos como personas y contribuimos a que la sociedad y la Patria crezca”, concluyó.+

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