Francisco celebró la solemnidad del Corpus Christi

Ostia (Italia) (AICA): “La eucaristía es el corazón palpitante de la Iglesia”, dijo el papa Francisco en la homilía de la celebración eucarística por la solemnidad del Corpus Christi que celebró en la parroquia Santa Mónica de la localidad italiana de Ostia en las afueras de Roma. Al término de la misa el sucesor de san Pedro encabezó la procesión con el Santísimo Sacramento hasta la parroquia de Nuestra Señora de Bonaria, donde el Santo Padre impartió la bendición eucarística a los miles de fieles que acompañaron la procesión del Corpus Christi por las calles de de la ciudad italiana.
El papa Francisco celebró este año la solemnidad del Corpus Christi en la localidad de Ostia, en las afueras de Roma. En la homilía de la celebración eucarística que presidió el Santo Padre dijo que “la Eucaristía es el corazón palpitante de la Iglesia, la genera y regenera, la reúne y le da fuerzas”.

Concluida la misa, que tuvo lugar en la parroquia de Santa Mónica, se llevó a cabo la procesión con el Santísimo Sacramento por las calles de la ciudad italiana.

En la homilía el Papa reflexionó sobre el texto del Evangelio que relata la Última Cena del Señor y expresó que “Jesús prepara para nosotros y nos pide también nos preparemos”.

“Prepara un lugar y una comida. Un lugar, mucho más digno que la ‘gran sala arreglada’ del Evangelio. Es nuestra casa espaciosa aquí abajo, la Iglesia, donde hay y debe haber puesto para todos”.

Pero “nos ha reservado también un lugar arriba, en el paraíso, para estar junto a Él y entre nosotros para siempre”. Unos dones “que nos sirven para vivir”, añadió.

“Pero la Eucaristía nos prepara también un puesto arriba, en la eternidad, porque es el Pan del cielo. Viene de allí, es la única materia en esta tierra que sabe realmente a eternidad”.

“Es el pan del futuro, que ya nos hace pregustar un futuro infinitamente más grande que cualquier otra expectativa mejor. Es el pan que sacia nuestros deseos más grandes y alimenta nuestros sueños más hermosos. Es, en una palabra, la prenda de la vida eterna: no solo una promesa, sino una prenda, es decir, un anticipo concreto de lo que nos será dado”, explicó.

Francisco dijo que “en la vida necesitamos alimentarnos continuamente, y no solo de comida, sino también de proyectos y afectos, deseos y esperanzas”. “Tenemos hambre de ser amados. Pero los elogios más agradables, los regalos más bonitos y las tecnologías más avanzadas no bastan, jamás nos sacian del todo. La Eucaristía es un alimento sencillo, como el pan, pero es el único que sacia, porque no hay amor más grande”.

El Santo Padre también denunció que existen personas que “carecen de un lugar digno para vivir y del alimento para comer”. “Todos conocemos a personas solas, que sufren y que están necesitadas: son sagrarios abandonados. Nosotros, que recibimos de Jesús comida y alojamiento, estamos aquí para preparar un lugar y un alimento a estos hermanos más débiles”.

“La Eucaristía en la vida se traduce pasando del yo al tú”, destacó, para pedir a continuación que sean derribados “los muros de la indiferencia y del silencio cómplice, arrancadas las rejas de los abusos y las intimidaciones, abiertas las vías de la justicia, del decoro y la legalidad”.+

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