Mons. Sánchez llamó a los tucumanos a "caminar juntos por la vida"

Mons. Sánchez llamó a los tucumanos a "caminar juntos por la vida"

San Miguel de Tucumán (AICA): Como cada año, los tucumanos renovaron su devoción a la Virgen de la Merced este 24 de septiembre en las fiestas patronales, que en esta oportunidad llevaron el lema “Con María, caminemos juntos por la vida”. Los festejos comenzaron a la hora cero, hubo misas a cada hora, procesión, y la misa central, con la imposición del palio al arzobispo, monseñor Carlos Sánchez.
Una vez más, las calles de Tucumán se colmaron de fieles que este 24 de septiembre celebraron a Nuestra Señora de la Merced con el lema “Con María, caminemos juntos por la vida”.

Las celebraciones comenzaron a la hora cero, con un homenaje de los gauchos a la Virgen Generala, frente a la basílica que lleva su nombre. Hubo misas a casa hora, con la presencia de misachicos, y por la tarde se llevó a cabo el acto cívico militar en la plaza Belgrano por los 206 años de la batalla de Tucumán.

Terminado el acto, una multitud se dirigió en procesión con la histórica imagen de la Virgen hasta la plaza Independencia.

Durante la misa, el arzobispo de Tucumán, monseñor Carlos Sánchez, recordó los 800 años de la aparición de la Virgen María a Pedro Nolasco y la misión que le encomendó de rescatar a los cautivos y “devolverles la libertad, la dignidad y la fe”.

En su homilía, monseñor Sánchez llamó a caminar juntos “como familia que busca acrecentar los vínculos y se compromete con el otro, según el proyecto de Dios”; “como sociedad, renovando constantemente los valores fundacionales de nuestro querido Tucumán y animando desde aquí a nuestra querida Argentina a vivir de una manera distinta y en paz”. Finalmente, como patria, “que tiene una misión de construir una Nación en justicia y solidaridad”.

“Caminemos por la vida porque vale toda vida, en todas las etapas y circunstancias de la vida humana”, afirmó. “Por la dignidad de la vida de cada ser humano, de cada argentino y tucumano y hasta del hermano peregrino y refugiado”, destacó, y “por la vida que se gesta en el seno materno y la que nace y crece en nuestros hogares, la de nuestros ancianos y enfermos, de nuestros niños adolescentes y jóvenes”.

“Que en nuestros hogares nos detengamos a dialogar, a valorarnos. Que los padres se hagan responsables de la educación en valores humanos, trascendentes y cristianos de sus hijos; no permitiendo resignar la patria potestad, sino, que con la ayuda de los docentes puedan respetar siempre la dignidad de los niños, adolescentes y jóvenes, en un marco de libertad y racionalidad”, animó.

“Que en nuestros barrios y comunidades nos conozcamos y descubramos el dolor del otro para ofrecerle consuelo, esperanza y ayuda solidaria”, deseó el prelado, y “que todos y cada uno desde su lugar y responsabilidad en la sociedad (autoridades, maestros, profesionales, empleados y obreros, obispos, curas y consagrados, laicos y todos los hombres) nos juguemos la vida, por la libertad. Una libertad que nos dignifica, una libertad responsable. Nos comprometamos por el bien común, construyendo una fraternidad cada día más necesaria en Tucumán y en Argentina”.

Finalmente, rezó para “que la Virgen de La Merced nos alcance del Señor esta victoria en la batalla contra la ambición destructiva, el egoísmo infecundo, la indiferencia despiadada y gritemos gozosos que somos hermanos y que queremos serlo cada día más y mejor”.

Imposición del palio
Durante la celebración central, presidida por el cardenal Luis Villalba, fue impuesto a monseñor Sánchez el palio arzobispal, entregado al séptimo arzobispo de Tucumán por el papa Francisco.

De distintas provincias vinieron a acompañar a “monseñor Carlitos”: Estuvieron presentes monseñor Vicente Bokalic CM, obispo de Santiago del Estero; monseñor Luis Antonio Scozzina OFM, obispo de Orán y monseñor José María Rossi, de la diócesis de Concepción.

El palio es parte de la vestimenta del Papa y de los obispos metropolitanos. Tiene la forma de un collarín hecho con una lana de oveja muy especial, que se coloca sobre los hombros; una de las bandas cae sobre el pecho y otra sobre la espalda.

El propio cardenal Villalba se encargó de explicar el significado del palio. Dijo que imponer el palio sobre los hombros del arzobispo es equivalente a cargar las ovejas (el pueblo de Dios, los fieles) sobre los hombros del nuevo prelado. “Al arzobispo le toca hacer las veces de Jesús Buen Pastor”, afirmó. La lana con la que está tejido el palio perteneció a ovejas que fueron bendecidas por el Santo Padre el día de Santa Inés. La lana fue extraída y tejida por un grupo de religiosas. Luego esa prenda fue depositada durante todo un año dentro de la tumba de Pedro, en Roma. El día de San Pedro y San Pablo, el palio fue sacado de ese lugar para ser nuevamente bendecido y entregado a los nuevos arzobispos.

Cambios
Tradicionalmente, era el Papa quien imponía el palio a los obispos, en la plaza de San Pedro, en Roma. Así ocurrió con monseñor Alfredo Zecca (antecesor del actual arzobispo), en 2012. Benedicto XVI presidió la ceremonia junto a los obispos latinoamericanos. El papa Francisco cambió esa costumbre y ordenó que sea celebrada en la propia iglesia diocesana para visualizar el pastoreo de los obispos.

De alguna manera representa lo que Jesús hizo con Pedro cuando le dijo: “¿Me amas? Apacienta mis ovejas”. Esa es la misión que Jesús le encomendó a Pedro por eso el palio descansa durante todo un año en su tumba. Es la misma misión que el Papa o quien él designe encomienda a los obispos. “Es un signo de comunión” entre Jesús y su Iglesia, a través de Pedro, el Papa y los obispos.+

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