Mons. Buenanueva: El sueño de una Argentina de la humildad y la reciprocidad

Mons. Buenanueva: El sueño de una Argentina de la humildad y la reciprocidad

San Francisco (Córdoba) (AICA): “Si, por un instante, dejáramos de colgarnos las etiquetas infamantes que solemos emplear para negarnos subjetividad: ¡Gorila! ¡Choriplanero! ¡Feminazi! ¡Antiderechos!... Si dejáramos entrar en nuestro espacio lo que el otro siente y vive, pienso que lograríamos afianzar una de las virtudes fundamentales de la convivencia ciudadana: la reciprocidad”, expresa el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Buenanueva, en su reflexión de fin de año.
El obispo de San Francisco, monseñor Sergio Buenanueva, sueña con una Argentina no muy distinta a la que tenemos hoy, pero reconoce que hay una larga lista de cosas por superar: “El deterioro espiritual y social que no logramos detener, la corrupción estructural que está a la base de la pobreza que golpea a una tercera parte de nuestro pueblo, especialmente a los niños. Nos duelen los rostros de la pobreza, pero no terminamos de decidirnos a enfrentar la enfermedad de la corrupción”.

“Lo que no puedo imaginarme es una Argentina sin nosotros, los argentinos reales que hoy transitamos sus caminos. Y pienso en todos, no solo en los que ven, sienten y creen como yo. Los de mi palo”, subraya en su reflexión de fin de año.

“No puedo soñar una Argentina con gente que se quede afuera. Claro que algunas opiniones o puntos de vista me incomodan. Algunas también me enojan. Pero ¿es esto razón suficiente para excluir? Me resisto a pensar así, y si, por alguna razón esos sentimientos me invaden, trato de que no se apoderen de mí. Menos aún de mis decisiones o palabras”, puntualiza.

El prelado sostiene que suela “con una Argentina en la que se discutan a fondo las ideas, los proyectos de país y los valores. Acaloradamente y con pasión. También sacándonos chispas. Pero que esa discusión no cruce la frontera del ataque descalificador del otro, buscando su exclusión o – peor aún – su eliminación”.

Y expresa un deseo: “Si, por un instante, dejáramos de colgarnos las etiquetas infamantes que solemos emplear para negarnos subjetividad: ¡Gorila! ¡Choriplanero! ¡Feminazi! ¡Antiderechos! (Y podría seguir un largo etc). Si dejáramos entrar en nuestro espacio lo que el otro siente y vive, pienso que lograríamos afianzar una de las virtudes fundamentales de la convivencia ciudadana: la reciprocidad”.

El obispo explica qué significa esa reciprocidad que anhela: “Aquello que, con diversas formulaciones, encontramos en todas las grandes religiones y sistemas morales. Suena así: ‘Tratá a los demás como querés que los demás te traten a vos’”, precisa y completa: “Eso es reciprocidad: estar dispuesto a dar al otro lo que pido para mí mismo”.

“Claro, todo esto supone una condición que puede resultar difícil: humildad. Sin embargo, si lográramos aprender de nuestros errores (los pasados y los actuales), tal vez, podríamos reconocer que, hoy por hoy, no hay mesías providenciales que tengan la llave del futuro. Aprenderíamos humildad. Solo una humildad compartida le da la mano a una verdadera reciprocidad”, pide.>

Monseñor Buenanueva reconoce que “este sueño es potente” y concluye: Al menos, para mí, como ciudadano, cristiano y obispo, me compromete en lo más profundo. A él quiero dedicarle mis energías en este año que estamos a punto de estrenar. Este es mi sueño. Al compartirlo, deja ya de ser solo mío. Lo he puesto en las manos y el corazón de quien quiera escucharlo y hacerlo suyo. ¡Bendecido año 2019!”.+

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