El papa a los migrantes: “Ustedes no están marginados, están en el corazón de la Iglesia”

El papa a los migrantes: “Ustedes no están marginados, están en el corazón de la Iglesia”

Rabat (Marruecos) (AICA): Luego de visitar el Instituto Mohammed VI de Imames, el papa Francisco cerró sus actividades del primer día del viaje apostólico en Marruecos, en la sede de Cáritas de la diócesis de Rabat, donde se reunió con un grupo de migrantes. Allí fue recibido por el obispo de Tánger, monseñor Santiago Agrelo, quien le presentó a un grupo de refugiados del norte de África, ¨quienes llevan las marcas de Cristo¨.
El papa Francisco cerró sus actividades de su primer día del viaje apostólico en Marruecos en la sede de Cáritas de la diócesis de Rabat. Allí fue recibido por el obispo de Tánger, monseñor Santiago Agrelo, quien le presentó a un grupo de refugiados del norte de África, "quienes llevan las marcas de Cristo. En ellos, el Señor se estremece de frío y de soledad. En ellos está presente Cristo. Todos esperamos encontrar en sus palabras luz de fe para orientarnos, para no desfallecer en el camino. Gracias por amar", indicó el prelado de Tánger.

Francisco expresó su alegría de encontrar a personas migrantes atendidas por Cáritas, porque la migración “es ruptura”, “es una herida que clama al cielo, y por eso no queremos que nuestra palabra sea la indiferencia y el silencio. Mucho más cuando se constata que son muchos millones los refugiados y los demás migrantes forzados que piden la protección internacional, sin contar a las víctimas de la trata y de las nuevas formas de esclavitud en manos de organizaciones criminales. Nadie puede ser indiferente ante este dolor”.

En su discurso, el Papa se refirió al Pacto Mundial por unas Migraciones Seguras, Ordenadas y Regulares adoptado por la Conferencia Intergubernamental de Marrakech, “porque en él se busca devolverle a la imagen del migrante, un rostro, una historia, una razón por la que ha decidido dejar su tierra. Un migrante no es más humano o menos humano, en función de su ubicación a un lado o a otro de una frontera”.

“No podemos olvidar que el progreso de nuestros pueblos no puede medirse únicamente por el desarrollo tecnológico o económico”. “¡Qué desierta e inhóspita se vuelve una ciudad cuando pierde la capacidad de compasión! Una sociedad sin corazón... una madre estéril. Ustedes no están marginados, están en el centro del corazón de la Iglesia”.

En este sentido, el Santo Padre destacó cuatro verbos sobre el tema de las migraciones: acoger, proteger, promover e integrar, porque "para que quien quiera ayudar a hacer esta alianza más concreta y real pueda involucrarse con sabiduría en vez de permanecer en silencio, ayudar en lugar de aislar, construir en vez de abandonar”.

Estos cuatro verbos nos implican a todos porque “todos somos necesarios para garantizar una vida más digna, segura y solidaria. Me gusta pensar que el primer voluntario, asistente, socorrista y amigo de un migrante es otro migrante que conoce en primera persona el sufrimiento del camino”. “Es necesario que ustedes, migrantes, se sientan como los primeros protagonistas y ejecutores en todo este proceso”. Y resaltó que estos cuatro verbos son capaces de “crear alianzas, de recuperar espacios espacios para dar dignidad”.

Francisco explicó el significado de cada verbo: “acoger significa, ante todo, ampliar las posibilidades para que los emigrantes y refugiados puedan entrar de modo seguro y legal en los países de destino”. “Proteger quiere decir que se garantice la defensa de los derechos y de la dignidad de los emigrantes y refugiados, independientemente de su estatus migratorio”.

Por su parte, promover “significa garantizar a todos, migrantes y locales, la posibilidad de encontrar un ambiente seguro que les permita realizarse integralmente. Esta promoción comienza reconociendo que ninguno es un desecho humano, sino que es portador de una riqueza personal, cultural y profesional que puede aportar mucho ahí donde se encuentra”.

Finalmente, integrar “quiere decir comprometerse en un proceso que valorice tanto el patrimonio cultural de la comunidad receptora como el de los migrantes, construyendo así una sociedad intercultural y abierta”.

Al concluir su mensaje, el Papa se dirigió especialmente a los migrantes: “Queridos amigos: la Iglesia reconoce los sufrimientos que marcan su camino y sufre junto a ustedes. Para el cristiano no se trata sólo de los migrantes, sino que es Cristo mismo quien llama a nuestras puertas”. “Porque todo hombre tiene derecho a la vida, todo hombre tiene derecho a tener sueños y a encontrar el lugar que le corresponde en nuestra casa común”.+


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