Culminó el Sínodo Diocesano en Comodoro Rivadavia

Como conclusión del Primer Sínodo Diocesano, el obispo de Comodoro Rivadavia, monseñor Joaquín Gimeno Lahoz, envió un mensaje al Pueblo de Dios que peregrina en la diócesis.

En sus palabras, el prelado agradeció a Dios, a María Auxiliadora, a San Juan Bosco, a todos los que participaron “por su asistencia, su trabajo, su disciplina, su interés, su perseverancia, su oración... Y no sólo por esto, sino también por su libertad y su responsabilidad. Y sobre todo por su conciencia eclesial”, y en particular al Equipo del Sínodo, a quienes intervinieron y colaboraron en las sesiones, al Consejo Diocesano de Pastoral, al EDAP y los Equipos parroquiales de Animación, sin olvidar a quienes ofrecieron su oración por el Sínodo.

Tras pronunciar los agradecimientos, el prelado planteó un interrogante: “Y ahora, ¿qué?”. En ese sentido, enumeró los pasos a seguir: en primer lugar, a los obispos les tocará leer atentamente las propuestas y discernirlas convenientemente. Luego, “una certeza que nos es absolutamente necesaria: encontramos «lo que el Espíritu dice hoy a nuestra Iglesia», aquí y ahora”, expresó el prelado. “Lo que aquí y ahora quiere el Señor de nosotros lo encontraremos en el libro del Sínodo. Serán, quizá, conclusiones sencillas, humildes, tal vez en más de un caso, audaces”.

En tercer lugar, “con la certeza, la docilidad”. Una lectura para la asimilación, revisión, docilidad y apertura a la conversión “es la mejor manera de acoger cada uno de nosotros, lo que el Señor nos pide a través del Sínodo”, reconoció.

Finalmente, “traducción, y traducción en obras”, tanto personal como comunitariamente. “En todo esto, tal como se ha pedido en el propio Sínodo, es más que necesario caminar unidos, hacerlo juntos”, señaló monseñor Gimeno Lahoz, teniendo en cuenta especialmente el trabajo del Consejo Presbiteral y del Consejo Diocesano de Pastoral. “Queremos ser una Iglesia sinodal (caminar juntos) en salida (misionera) multiplicando los carismas que el Espíritu Divino nos regala para el bien de todos. El camino es amplio y necesitamos que involucre a todos”, aseguró.

Por otra parte, el pastor de Comodoro Rivadavia afirmó: “Ha valido la pena, y mucho, celebrar el Sínodo”. Por un lado, por las conclusiones sinodales, con sensibilidades e iniciativas “que tal vez los expertos no habrían visto”, y por otro, porque “las propuestas de los expertos nunca tendrían la calidad eclesial y el sello eclesial que tienen las conclusiones sinodales”. En ese sentido, destacó el clima “de participación y libertad” en que se desarrolló el Sínodo.

Como conclusión, el obispo compartió una última reflexión: “El fruto de un Sínodo no está sólo, ni mucho menos, en el acierto de sus disposiciones, lo cual no sería poco, sino que está, sobre todo, en crear un clima de fidelidad al Señor, disponibilidad para servirle en su Iglesia, generosidad apostólica, perseverancia en la entrega”. Y aconsejó: “Nadie pregunte tanto si los demás están cumpliendo el Sínodo. Tratemos cada uno de cumplirlo. Nadie se queje con excesiva facilidad de lo que los demás no hacen. Tratemos nosotros de hacer y hacerlo bien”.

“Poner en práctica lo aprendido en el caminar juntos”
El Equipo Organizador del Sínodo también expresó su agradecimiento a quienes participaron de alguna u otra forma en esta “etapa histórica y fundamental en la vida de nuestra diócesis”, y consideraron que “es un momento especial en nuestro caminar diocesano, y a la vez es un punto de llegada y de partida”.

Reconoció que el trabajo que hoy concluye, comenzado en la misa crismal de 2017, “estuvo marcado por un gran esfuerzo de muchas personas (más de las que alcanzamos a conocer, pero todas conocidas por Dios) para poder escuchar juntos al Espíritu Santo en la voz del Pueblo de Dios”. Fue una etapa ardua en discernimiento, sostenida por la oración, incluso de personas que no son de nuestra diócesis, pero que nos animaban constantemente con su presencia orante”.

Ahora, señaló el equipo organizador, “se abre otra instancia fundamental, para poner en práctica lo aprendido en el caminar juntos, en comunión para vivir la misión, buscando permanentemente ensanchar el camino pastoral de la diócesis. Es el momento de aplicar unidos las propuestas e inspiraciones que el Señor ha derramado en esta primera etapa”.

Finalmente, animados por lo vivido hasta ahora en este Sínodo, invitaron “a todos” a sumarse al caminar cotidiano de la comunidad diocesana “que quiere dirigirse hacia Dios, juntos, compartiendo los dones que el Espíritu Santo puso en cada uno para el bien común.

“Que María Auxiliadora nos anime a todos a seguir adelante en la sinodalidad, y el ejemplo e intercesión de San Juan Bosco nos impulse a ser peregrinos de la fe en la esperanza para compartir con todos el Amor de Dios”.+

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